16.06.2014 - 11:06 /

Sistema de Boleta Única en la Ciudad de Buenos Aires

Este sistema, que reemplazará a las clásicas boletas partidarias, hará su debut en la Ciudad de Buenos Aires en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias 2015 (PASO) para los cargos de jefe de Gobierno, diputados nacionales y legisladores porteños. Esta elección se realizará antes de las PASO nacionales, ya que así ha sido estipulado por el gobierno porteño.


Por Kevin Grunbaum


El gobierno porteño anunció que en las elecciones de 2015 se implementará, por primer vez en ese distrito, el sistema de boleta única. Este sistema, que reemplazará a las clásicas boletas partidarias, hará su debut en la Ciudad de Buenos Aires en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias 2015 (PASO) para los cargos de jefe de Gobierno, diputados nacionales y legisladores porteños. Esta elección se realizará antes de las PASO nacionales, ya que así ha sido estipulado por el gobierno porteño.

Según el anexo II de la Ley 4984, el sistema de boleta única consistirá en una única boleta que incluye todos los cargos que se deciden en la elección. A cada categoría se le otorga un espacio dentro de la boleta (marcado por una franja o una columna) .En ese espacio se incluirá a cada partido o frente político que presente precandidatos en la elección. Los votantes deben marcar con una cruz el partido o frente al que desean darle su voto para cada cargo en juego. En el caso de que el elector no marque ningún partido o frente, el voto para ese cargo en particular será considerado en blanco.

Con este nuevo sistema, los porteños ya no deberán elegir la boleta de su partido y colocarla en el sobre con todos los candidatos del partido. Los porteños deberán seleccionar a qué partido deben votar de manera separada para cada cargo. De esta forma se elimina el famoso "efecto arrastre" del que se suele hablar en las elecciones presidenciales. Muchas veces los ciudadanos toman la boleta de su candidato favorito para el cargo más importante y la colocan en el sobre sin importar quienes son los que ocupan cargos menores. A su vez se eliminan las famosas listas "colectoras". Algunos candidatos se postulan por varios partidos, modificando sólo las listas de cargos menores, de esta manera logran reproducir su imagen en el cuarto oscuro. Un claro ejemplo de esto fue Alberto Rodríguez Saá quien en las elecciones legislativas del 2013 se presentó como candidato a primer senador dentro de las seis listas que competían por Compromiso Federal en las PASO (donde lo único que variaba eran los candidatos a diputados pero no a senadores). De esta forma su cara aparecía seis veces dentro del cuarto oscuro. La nueva boleta estipula que ningún candidato puede aparecer en la misma más de una vez.

Este sistema, lejos de ser un invento argentino, es implementado por muchos países alrededor del mundo y data del siglo 19. Fue utilizado por primera vez en Australia en el año 1856. Rápidamente se fue extendiendo a otros países como Nueva Zelanda (1870) o Inglaterra (1872). Estados Unidos utilizó la boleta única por primera vez en Louisville en 1888 .En nuestra región, de hecho, sólo dos países (Argentina y Uruguay) continúan con el viejo sistema de boleta por partidos.

En el sistema de boleta por partidos, como estipula el Código Nacional Electoral, cada partido debe encargarse de hacer sus propias boletas siguiendo una serie de normas y regulaciones. Esto no sólo implica costos de financiación y distribución, sino que también deja lugar al robo de boletas o al reparto de boletas "alteradas" por los partido opositores.

Con el nuevo sistema, quien se debe encargar de producir y distribuir las boletas es el Estado, en este caso la Ciudad de Buenos Aires. Merece la pena decir que este sistema no es nuevo en nuestro país: tanto Córdoba (en el 2011) como Santa Fe (en el 2013) han utilizado este sistema de boleta única con resultados favorables. Ambas provincias realizaron instructivos para mostrarles a sus ciudadanos cómo se vota con Boleta Única. Córdoba incluso lanzó un simulador de votación, en el que los ciudadanos podían simular una votación con este nuevo sistema. La Provincia de Santa Fe utilizó un sistema diferente al de Córdoba, en donde había diversas boletas con diversos colores para cada cargo. Las boletas se dividían por cargo y en cada uno aparecían todos los partidos o frentes que se postulaban.

La Ciudad de Buenos Aires lanzó la una aplicación del Mundial, en donde podemos elegir quien será el campeón del mundial, de qué país será el mejor jugador y de dónde el goleador. Se debe marcar cada caso por separado. De esta forma el Gobierno intenta acostumbrar a los porteños a seleccionar cada caso por separado, como deberán hacerlo en la elecciones del 2015.

El sistema de boleta única es visto en el mundo como un avance hacia elecciones más democráticas, pues los electores no se ven obligados (si es que quieren votar diferentes partidos para distintos cargos) a realizar el engorroso trámite que implica cortar la boleta o traerla ya preparada. Ahora pueden simplemente elegir a qué partido desean votar en cada cargo marcando con una cruz.

Pero esto, a su vez, presenta nuevos desafíos. Por un lado comenzarán las discusiones sobre el diseño de las boletas, especialmente sobre el orden de los partidos o frentes, o sobre cómo hacer para que sean entendibles para los ciudadanos.

Pero por otro lado presenta a los partidos nuevos desafíos, puesto que los obliga a que, en sus campañas, deban dar a conocer a más candidatos. Ya no pueden centrarse sólo en la figura más carismática sino que deben hacer que al menos todos sus principales candidatos por lista sean conocidos por los ciudadanos. También les da la oportunidad a aquellos partidos menores de centrar sus esfuerzos en un solo cargo, haciendo campañas centradas sólo en aquello a lo que pueden aspirar pidiéndole al elector que los elija en un cargo determinado.

Por último, este sistema plantea un nuevo desafío para el electorado: obliga a los porteños a informarse más sobre quiénes se postulan en la Ciudad, ya que deben seleccionar a los partidos para cada cargo. Deben conocer qué se vota y quiénes se están postulando. Le da al porteño la posibilidad de crear una legislatura más democrática y representativa, elegida por una ciudadanía más activa. Este sistema, ya popular y común en casi todas las democracias del mundo, llegará a nuestra ciudad en 2015, y será cuestión de tiempo ver si produce o no un efecto contagio hacia el resto del país.