30.06.2014 - 12:06 /

Deuda en perspectiva

El propósito de este informe es aclarar algunos dichos que han surgido en las últimas semanas respecto a la deuda externa Argentina. En distintos ámbitos se ha hablado de una deuda de 250 mil millones de dólares, lo cual es erróneo, debido a que esta cifra, además de la deuda que el país tiene con actores internacionales, incluye la deuda interna que la nación tiene con entidades económicas locales.


Por Kevin Grunbaum y Leonardo García


En los últimos meses ha vuelto a instalarse en la agenda de los medios de comunicación un tema que parecía olvidado: la deuda externa. Es que desde la última renegociación del gobierno nacional con los acreedores en 2010, la deuda parecía ser un problema olvidado. El foco de atención del país se encontraba en otro lado.

Sin embargo, en el último tiempo, las tapas de los diarios y los distintos medios de comunicación han vuelto a poner el asunto a la orden del día. Ya sin la intensidad de los primeros años luego de la crisis, pero reavivando el conflicto que se presenta en las relaciones económicas del país y sus acreedores.

El propósito de este informe es aclarar algunos dichos que han surgido en las últimas semanas respecto a la deuda externa Argentina. En distintos ámbitos se ha hablado de una deuda de 250 mil millones de dólares, lo cual es erróneo, debido a que esta cifra, además de la deuda que el país tiene con actores internacionales, incluye la deuda interna que la nación tiene con entidades económicas locales.

La combinación de estas deudas es técnicamente errónea, ya que no es lo mismo (en términos de intereses y capacidades de renegociación) una deuda hacia el interior del propio Estado que una deuda con capitales internacionales, en donde se deben respetar leyes y normas ajenas a la legislación local. De esto último deviene la problemática con el 7% de los bonistas que quedaron por fuera de la reestructuración de la deuda en 2010. Mientras la ley local pone límites a los reclamos que puede hacer un acreedor, obligándolo a aceptar los términos de la renegociación cuando un determinado porcentaje de los acreedores acepta la misma. La justicia internacional por su parte, no estipula límites. Por ello un porcentaje pequeño de portadores de bonos de la Argentina puede accionar legalmente contra ella, pues no está obligado a acatar reestructuraciones.

Por lo tanto, no es correcto hablar de deudas combinadas cuando se hace alusión al problema con los holdouts. En estos casos se debe hablar sólo de la deuda externa y no se la puede unir a otras. Pero no es lo único que debemos comprender; ya que también se habló de esta deuda en términos absolutos, es decir, se habló únicamente de los montos totales. Sin embargo, esto no tiene significado ya que los números absolutos deben ser comparados con otros indicadores. La deuda externa de un país debe ser medida al menos con su Producto Bruto Interno (PBI), de esta forma se puede observar el peso real de la misma en la economía de un país.

En la actualidad se habla de una deuda externa de137.613 millones de dólares, pero la Argentina cuenta con un PBI de 475.000 millones de dólares. Por lo tanto la deuda externa tiene un peso relativamente bajo en la economía puesto que sólo representa el 28,97% del PBI. Aunque es más alto que el año anterior, continúa siendo más bajo que en los años de crisis.

La pregunta entonces es ¿cuál ha sido el peso de la deuda externa en nuestra economía en otros años? En 1976 la deuda externa era solo de 9.501 millones de dólares, y el PBI aproximado de 52.169 millones por lo que el peso de la deuda por sobre lo producido era de 18,21%. La influencia era casi nula en la economía nacional.

En 1983, año de la vuelta a la democracia, el PBI Nacional era de 103.979 millones de dólares, pero la deuda ya alcanzaba los 46.108 millones y representaba el 44.34% del PBI. Durante la época de hiperinflación, la deuda no había escalado tanto y alcanzaba los 65.538 millones de dólares. Sin embargo el PBI era muy bajo, la suma anual arrojó 76.636 millones de dólares, por lo que el peso de la deuda en el mismo era del 85,51%. En estos años pese a que la deuda era baja el pobre nivel de producción nacional le dio un peso muy importante.

Para 1995, la deuda había escalado a 98.773 millones de dólares. Sin embargo, una alta suba en el PBI la llevó a representar solo el 38,27% de producto bruto interno. En 2001, en plena crisis de las políticas neoliberales, la deuda representó el 55,71% del PBI.

Sin embargo dos años después la misma tenía un valor de 161.120 millones de dólares. Con un PBI de 129.597 millones, el peso de la deuda externa en la economía argentina llegó a su pico máximo y en términos porcentuales alcanzaba el 124,32% de la producción. De esta forma en 2003 nuestro país debía más dinero de lo que producía.

Desde ese año hasta la actualidad el peso de la deuda comenzó a bajar, y esto se dio por dos motivos: Por un lado la deuda comenzó a ser cada vez más chica, producto de los acuerdos con los acreedores extranjeros, y por el otro el desarrollo del PBI más alto reduce el porcentaje de la deuda externa en el mismo.

En perspectiva


En este informe hemos tratado de demostrar que la economía debe ser siempre puesta en perspectiva. Los números absolutos, por sí solos, no permiten realizar ningún análisis. Los datos que se han utilizado fueron provistos por el Banco Mundial respecto al PBI y a la deuda externa total de nuestro país. De haberse utilizado sólo los datos referentes a la deuda externa pública los números resultantes hubiesen sido aún menores. Por ejemplo en el Año 2012 la argentina tuvo un PBI de 475.501 millones de dólares y una deuda externa pública acumulada de u$$67.597 por lo que esta representó tan solo el 14.21%, del producto bruto interno.