27.10.2014 - 10:10 /

Dilma gana en segunda vuelta

Análisis - Por Santiago La Froscia | Ayer, Dilma logró imponerse con el 51, 6%, mientras que Neves cosechó un 48,3%. El PT se hizo fuerte en regiones claves, pero perdió por amplia diferencia en San Pablo. Los principales desafíos que se vienen.


La victoria obtenida ayer por el PT fue la más apretada desde la elección de Lula en el 2002. Unos tres millones de votos separan a Dilma de Neves, el candidato del PSDB. El Partido de los Trabajadores logró hacerse muy fuerte en las regiones Norte y Nordeste, las más históricamente castigadas, además de vencer en Minas Gerais y en Rio de Janeiro. Sin embargo, no pudo quebrar la resistencia en la zona más rica e industrializada del país: San Pablo. Allí la derrota fue 65% a 35%.

En su discurso triunfal, Dilma agradeció a todas y todos los brasileros y brasileras, a Lula y a los partidos que son parte de la alianza victoriosa. Llamó a crear "puentes" entre los dos proyectos y modelos de país e integración que se enfrentaron en ésta elección para así transformar "el calor de la disputa en energía constructiva". Además, mencionó claramente cuál será su principal objetivo en lo inmediato: una reforma política amplia, para que entre otras cosas se termine con el financiamiento electoral privado. Éste fenómeno es señalado como uno de los principales pilares que genera las condiciones para que grupos financieros, económicos y mediáticos fuertes tengan influencia en la elección y promoción de los candidatos.

El resultado final deja algunos puntos claves

En primer lugar, los votantes. La polarización PT-PSDB del electorado brasilero volvió a favorecer al PT. En comparación con la primera vuelta, el Partido de los Trabajadores obtuvo 11 millones de votos más. Las dos principales fuentes del nuevo caudal fueron los ex votantes de Marina Silva (que sumaban 22 millones) y aquellos que en primera vuelta habían votado en blanco y nulo, ya que el porcentaje de éstos bajó un 3%.

Por otro lado, el PT se hizo muy fuerte en el Norte y Nordeste. Éstas son las zonas históricamente, y de manera estructural, más pobres del Brasil. Sin embargo, desde el primer mandato de Lula, los ingresos y el PBI per cápita han crecido, mientras que se redujo la tasa de desempleo. Además, los municipios de éstas regiones son los más beneficiados del segundo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) y los habitantes de estas zonas, a razón de sus bajos ingresos familiares, son los principales receptores de las políticas sociales, como el programa Bolsa Familia.

En segundo lugar el PT ha logrado mantener la unidad y sostenerse como fuerza hegemónica dentro una amplia alianza, que incluye al PMDB, PDT, PCdoB, PR, PP, PRB, PROS y PSD. Sin dudas, al observar los partidos que integran esta coalición, es notoria la cintura de negociación y pragmatismo del PT. Estos parecen ser, además, los requisitos necesarios para sostener la gobernabilidad, ya que hay muy poca coincidencia ideológica y programática entre el PT y sus aliados. Además, el mayor aliado del PT, el centro-derechista PMDB, ha "dividido" sus adhesiones, por lo que habrá que observar cómo se desarrolla la articulación al interior de la alianza. Pero tampoco hay una unidad al interior del PT. Hay diversas facciones y posturas, algunas muy opuestas a la figura de Dilma. Será clave también lograr mantener la unidad partidaria.

Este segundo punto se relaciona, sin dudas, con la difícil relación entre Ejecutivo y Legislativo que se vislumbra en el horizonte. Con sus aliados, el PT logra mantener la mayoría en el Congreso, tanto en Diputados como en Senadores. Pero, como dijimos, las negociaciones para la unidad no serán fáciles. Por otro lado, en ésta elección han sido elegidos legislativos profundamente conservadores, lo que hace que, cualquier trastoque en la alianza mayoritaria, los planes y proyectos reformistas del gobierno se vean afectados.

Otro punto clave para el futuro es la cuestión económica. Más allá de las previsiones terribles y casi apocalípticas que se intentaron imponer desde los grandes grupos mediáticos, la realidad es que la economía brasilera ha dejado de crecer. Sin embargo, las perspectivas de la población son auspiciosas: según un relevamiento del Folha de San Pablo, la mayoría cree que el poder de compra de los asalariados se mantendrá, lo que también será el motor del mercado interno. La cuestión está en lograr dinamizar los sectores claves y revertir algunos déficit sin realizar el ajuste fiscal que supondría el recorte de la mayoría de los planes sociales, hecho que afectaría a los principales sectores que confiaron en Dilma.

* Santiago La Froscia es coeditor del blog Mundo Saigón.