29.10.2014 - 14:10 /

Cambio y Continuidad


Por Emiliano Palavicino


Los triunfos electorales de Dilma Rouseff en el ballotage que se desarrolló en Brasil, y la victoria en primera vuelta de Tabaré Vazquez en Uruguay marcan cierto rumbo en la región y abriendo el interrogante sobre la posibilidad de que Argentina continue siendo gobernada por el mismo partido o por el contrario, inicie un camino “rupturista” con la inclinación política regional.

Las elecciones que se llevaron a cabo en los países vecinos el domingo pasado, al igual que en la elección de Bolivia, marcan la continuidad de los partidos de gobierno, y en los casos de Dilma y Evo Morales, su propia reelección. Esta tendencia a la continuidad plantea un panorama que viene siendo discutido en nuestro país y que está dentro del discurso de los precandidatos presidenciales, aunque no de manera explícita. El dilema de “continuidad con cambios” o “cambios con continuidad” está siendo tratado por los medios y está dentro de la agenda de los candidatos, lo que nos lleva a preguntarnos cuáles serán las estrategias a seguir por las distintas fuerzas y si las antes mencionadas elecciones de los países de la región influirán en el electorado a la hora de definir quién gobernará la Nación hasta 2019.

En este contexto, el desafío se presenta tanto para los opositores como para los oficialistas. Por un lado, los principales candidatos opositores están buscando mostrase como la opción que representa un cambio al gobierno nacional. Aunque en el último tiempo, Mauricio Macri (quién a priori sería quién se considera las antípodas del kichnerismo) ha declarado públicamente que, de ser electo presidente, mantendrá algunas políticas del Kichnerismo, como la Asignación Universal por Hijo. Lo mismo acontece con Sergio Massa, que intenta ubicarse como el líder del “cambio con continuidad”. Sin embargo, son la alternativa opositora y claramente representan el cambio en la política argentina.

Por el otro, lo candidatos del oficialismo tratan de capitalizar los logros del gobierno y asegurarse el apoyo de la Presidente Cristina Fernández, lo que implicaría la continuidad de las políticas llevadas adelante en la última década. El candidato que oscila entre esta posibilidad de reivindicar los logros del oficialismo y a su vez mostrarse como alternativa es Daniel Scioli, el cual debe encontrar el punto justo entre mostrarse como la opción que implique la “continuidad con cambios” y así continuar con la tendencia regional.

Los procesos eleccionarios que se desarrollaron tanto en Bolivia, en Brasil y en Uruguay ponen de relieve una discusión que de a poco empieza a florecer en nuestro país y que guiará las trayectorias de los candidatos a presidentes argentinos. Será interesante ver si Argentina conserva el color político que actualmente gobierna o si por el contrario será el país que decida cambiar de partido gobernante y modificar ciertas políticas compartidas en la región.