24.04.2015 / La relación de Bergoglio con los favoritos de las encuestas

¿Cómo se lleva Francisco con los candidatos presidenciales?

Con el prencandidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, y el representante del PRO, Mauricio Macri, tiene una buena relación. Por qué no recibe al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, ni a la prencandidata a jefe de Gobierno, Gabriela Michetti.




Desde que Francisco fue ungido Papa en 2013, Santa Marta se convirtió en la nueva Puerta de Hierro. La mayoría de los políticos, dirigentes sindicales, economistas y representantes de organizaciones sociales buscaron su foto con el Sumo Pontífice en el Vaticano.
 
El Papa, astuto en lo político, manejó los tiempos, las relaciones y las circunstancias de acuerdo al mensaje que quería enviar a la Argentina. A dos de los tres precandidatos presidenciales con mayor intención de voto los recibió. A Massa, en cambio, todavía le guarda rencor. Y no es al único.
 
Mauricio Macri
La relación con el jefe de Gobierno es buena. Su nexo principal es el dirigente islámico argentino Omar Abboud, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso junto al rabino Daniel Goldman y el presbítero Guillermo Marcó, también cercanos a Francisco. Hoy, Abboud ocupa el segundo lugar de la lista de legisladores porteños del PRO.
 
El único traspié de la relación fue cuando Macri viajó a verlo con su hija, Antonia. Ese día, Francisco lo recibió en Santa Marta a las 18, pero para bajarle el perfil a la reunión, a las 11 se reunió con el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto.
 
En la reunión, Francisco le dio al otrora director de la AFSCA su aval a la Ley de Medios, que para ese entonces todavía no contaba con el visto bueno de la Corte Suprema. "La prensa ese día se la llevó Mariotto", reconocen en el Vaticano.


 
Daniel Scioli
Al gobernador bonaerense le tiene "simpatía", dicen en el entorno de Francisco. Tienen un amigo en común: el profesor Aldo Carreras, asesor del Ministerio de Trabajo de la provincia en la actualidad y secretario de Población en los noventa. Carreras y el Papa se conocen desde jóvenes, cuando coincidieron en la agrupación justicialista Guardia de Hierro.
 
Además, Francisco agradece que Scioli no le haya cerrado las puertas cuando las relaciones entre el Gobierno y el Arzobispado eran tensas. "Valora mucho la gente que no le cerró la puerta y siempre lo recibió cuando decir Bergoglio era mala palabra", aseguran en torno al Papa.
 


Sergio Massa
A quién no recibió y con quien no tiene relación es con el líder del Frente Renovador y diputado nacional, Sergio Massa.

La razón del distanciamiento se remonta a las épocas del tigrense como jefe de ministros de Cristina Fernández. Como recuerda un allegado a Francisco, "siendo jefe de Gabinete, Massa se vanagloriaba con que quería a Jorge O'Reilly Lanusse, que era del Opus Dei, como embajador ante el Vaticano".
 
Pero la relación se terminó de romper a dos meses de que el arzobispo de Buenos Aires cumpliera los 75, edad en que -de acuerdo al Derecho canónico- debería presentar su jubilación. En ese momento, Massa les anunció a un grupo de dirigentes sindicales -entre los que estaba Oscar Magnone, amigo del Papa- su plan para sacar del Arzobispado porteño a Bergoglio. La estrategia consistía en aceptarle la renuncia y reemplazarlo por el obispo de Zárate-Campana, Oscar Salinaga, de estrecha relación con el Gobierno Nacional.
 
Para ello, Massa contaba con el aval del nuncio Adriano Bernandini y el secretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone. "Militaban todos los días para que Benedicto XVI le aceptara la renuncia y nunca se la aceptó", rememoran allegados a Bergoglio.
 
Desde entonces, -apunta en su biografía de Massa el periodista Diego Genoud- en privado Francisco tilda a Massa de "falso profeta".



Sin embargo, Massa no quiere parecer enfrentado al Papa en el medio de su carrera presidencial. Por eso, en una entrevista con Alejandro Fantino hace algunas semanas, el líder del Frente Renovador se jactó de que chatea todos los días con el secretario de protocolo del Vaticano, Guillermo Karcher. E intenta además, recomponer las relaciones a través de sus lobbistas, el monseñor Jorge Lozano y el Casaretto.

Pero Massa no es el único que sigue sin la ansiada foto en su álbum. Otra que tampoco tiene buena relación con el Sumo Pontífice es la precandidata a jefa de Gobierno porteña, Gabriela Michetti.
 
Desde el entorno de la ex vicejefa intentan matizar esa distancia con el Papa. "Gabriela nunca se metió en esa relación política. Siempre fue una relación espiritual, fue su guía, nunca lo metió en su campaña", dicen. "Se lleva bien, es una relación muy personal, estuvo allá pero nunca habrá una foto. Es una relación que decidieron preservar. Tiene muchos códigos", aseguran.

No obstante, en el Vaticano la versión es otra. El Papa era cercano a Michetti, aseguran, hasta hace algunos años. Pero la ruptura vino con la Ley de Matrimonio Igualitario.



Francisco no quería que la ley se aplicara en Buenos Aires y se habilitaran los matrimonios entre personas del mismo sexo y Michetti le aseguraba que Macri apelaría el fallo que la comunidad homosexual había recibido a su favor sobre la posibilidad de contraer matrimonio.

"Francisco se enojó con ella porque le garantizó que Macri iba a apelar el matrimonio igualitario en Buenos Aires y que no iba a haber casamientos en la Ciudad. Ella afirmaba ser la voz de Macri en torno a esa situación y le aseguró a Bergoglio que Macri apelaría el fallo que la ley había recibido a su favor", recuerda una fuente cercana al Vaticano. "En ese momento ella no le contestaba los mensajes y ahí Francisco decidió romper relaciones. Quedó mal con la Iglesia y el cura nunca más le levantó la penitencia desde ese tema", asegura.