El bloque del Frente para la Victoria, con el apoyo de otros sectores, logró aprobar la ley antidespidos en un contexto de emergencia ocupacional. Sin embargo
el Presidente anunciaría el veto hoy mismo, en la Casa Rosada. En este contexto el Congreso no podrá insistir porque debería contar con los dos tercios necesarios en la Cámara de Diputados.
El proyecto contó finalmente con el aval del Frente Renovador, al ver que no existía posibilidad de tratar su dictamen, que incluía beneficios fiscales para las pymes. En este sentido
la votación contó con 147 votos a favor, 3 en contra y 88 abstenciones, todas del interbloque Cambiemos.
De esta manera el bloque oficialista facilitó la aprobación del proyecto de ley presentado por el FpV, con las abstenciones para así cerrar la discusión y que Macri vete rápido la ley.
Mario Negri, titular del interbloque de Cambiemos, reiteró que
la norma "no va a resolver el problema del desempleo", y reclamó "tomar alguna referencia porque no es proporción la medida con la dimensión del problema".
Por otro lado el presidente del bloque por el Frente para la Victoria,
Héctor Recalde, alertó que "hay muchos despidos y esto (la ley) tiene que ser un mensaje”. Además añadió que
"si el Presidente la veta va a existir otro veto: es el veto de los trabajadores”.
En esta línea el jefe del bloque Justicialista,
Oscar Romero, pidió a Macri que
"antes de firmar lo que va a firmar, que piense que muchos trabajadores han perdido el empleo y seguramente muchos lo habrán votado y otros no, pero son trabajadores".
Graciela Camaño, titular de la bancada por el Frente Renovador, advirtió que la votación “es como una sesión testimonial” porque “se va a votar una mala ley y mañana (por hoy) va a estar vetada”.
La norma prohíbe los despidos por 180 días, tanto en el ámbito privado como en el sector público, pero no rige para los nuevos puestos de trabajo que se creen a partir de la sanción de la presente ley.
Por su parte fue un tema instalado desde el sindicalismo, que promovió dos proyectos de ley. El primero, que nació en la cámara de Diputados, extendía la prohibición de despedir por dos años y era retroactivo al 1 de marzo. El del Senado, que finalmente se convirtió en ley, no tenía retroactividad y solo duraba por seis meses. Este proyecto recibió el apoyo de 49 senadores, contra 15 rechazos.
