Peña justificó la posición oficial según la cual
los acuerdos salariales firmados en el primer semestre del año hasta ahora "reflejan la inflación que viene, que claramente va a ser más baja" que la actual.
"En general, lo que vemos es que los acuerdos que se realizaron, en plena libertad, reflejan lo que va a ser la inflación que viene, que claramente va a ser más baja", afirmó el jefe de Gabinete.
Sin embargo,
según la CGT Azopardo, por ejemplo,
la inflación interanual acumulada es del 46% y en julio fue de un 3,1%, mientras que una familia compuesta por dos adultos mayores y dos hijos menores necesitó en julio $ 5.588,14 para no caer por debajo de la línea de la indigencia y al menos $ 12.796,84 para no ser pobre.
Por su parte,
el Índice de Inflación de los Trabajadores realizado por la UMET con el apoyo de 45 organizaciones gremiales de
la
CGT y la
CTA coincidió en que la inflación trepó al 46% promedio anual en junio para los asalariados,
pero agregó que al alza del incremento de precios tuvo un pico del 52,6% para los trabajadores de menores ingresos. Además, el informe disparó que
el poder de compra del salario real se desplomó un 9,9% desde noviembre y, por todos estos datos,
reclamaron la reapertura de las negociaciones paritarias.
A pesar de estos números, Peña insistió en que "hay indicios claros de que en julio (la inflación) fue significativamente más baja que en junio" y curiosamente aseguró que "hay un consenso bastante generalizado de que (la medición) ha estado en 2% y algo, algunos dicen en 2,5%, 2,3% o 2,2%".
El ministro coordinador auguró que 2017 será "un año de crecimiento" para la economía de la Argentina y sostuvo que el actual semestre mostrará "un camino un poco mejor para cada variable" de la actividad.
En ese sentido y en relación al reclamo de varios gremios de reabrir las paritarias,
afirmó que los acuerdos que ya se celebraron "reflejan la inflación que viene" y argumentó que "el salario y el poder adquisitivo se va a ir recomponiendo mes a mes".
