12.10.2016 / Pensando a futuro

Es por abajo, Larreta

Un análisis sobre el colapso del tránsito en la Ciudad de Buenos Aires y su posible solución.

por Federico Conditi




La Ciudad Autónoma de Buenos Aires vive una situación de colapso permanente de su tránsito de superficie, es decir en sus calles y avenidas. No es un excepción mundial, la mayor parte de las ciudades capitales enfrentan dificultades similares, sobre todos las de los países en desarrollo. No obstante, existen notorias diferencias entre nosotros y nuestros vecinos, como por ejemplo Santiago de Chile, que se prepara para inaugurar una nueva línea en 2017, la número 6,  que agregará 10 estaciones y 15 kilómetros de longitud a una red que ya posee 103 km de extensión,  40 km más que la red de Buenos Aires. Por si esto fuera poco, en 2018 piensan inaugurar una línea más, la Línea 3.

La red de Metro de Santiago de Chile expandirá su cobertura de servicio en un 40% beneficiando a 1,6 millones de santiaguinos. En total, se sumarán 37 kilómetros y 28 estaciones. En la Página web oficial de la empresa de subtes chilena puede leerse: “Las Líneas 3 y 6 constituyen el principal desafío de crecimiento para Metro desde su inauguración. Se trata de una intervención que derivará en una ciudad más conectada e integrada y responsable en materia medioambiental.” Y agregan “Metro de Santiago en su permanente interés por dar un servicio de excelencia, recogió para sus futuras líneas las prácticas de los mejores metros del mundo y, en función de ello, aumentará la cantidad de kilómetros de líneas construidos por habitante.”
Es decir que estamos frente a una política que considera al Metro, o Subte, cómo columna vertebral de un modelo de movilidad urbana que busca ser medioambientalmente sustentable y sostenible a nivel urbano. Por si esto fuera poco, podemos observar que pese a lo que se cree, el subte ha vivido un boom de desarrollo en la región en los últimos 20 años: Río de Janeiro construyó 33,6 km, Ciudad de México 48km, San Pablo 21,5km y Santiago de Chile 76km.

Por el contrario, nuestra querida Buenos Aires sólo construyó una línea en los últimos 70 años, la H, de la cual la actual gestión realizó la mitad, habiéndose iniciado la obra durante los gobiernos anteriores. Pese a ello, no muestra intenciones de seguir desarrollando la red, y si bien extendió las líneas A, B y D, sólo incrementó la red en 16km.

El actual Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta declaró  respecto a la línea F que “Todavía ni siquiera está el proyecto” y que para extender la red, primero deberá mejorarse la calidad de las líneas existentes, como si una medida fuera excluyente de la otra. En la misma dirección prometió construir Metrobuses sobre las futuras trazas de las Líneas G e I, lo cual incrementa las incertidumbres respecto de que el subte sea prioridad para su gestión. A su vez, como producto de le errada política de aumentos tarifarios desde que la ciudad se hizo cargo de la red en 2012, el subte perdió pasajeros: transportó en 2014 menos gente que en 1998, y se lo compara con los años 1999, 2000, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 e inclusive 2013, el saldo resulta negativo. En 2015 se produjo un nuevo aumento de pasajeros, aunque leve, producto de que no hubo incremento tarifario en dicho año. Todavía transporta un 5 % menos de pasajeros que en 2011. Toda una fotografía.

Los sistemas metro, como se lo denomina mundialmente al Subte, son el medio de transporte que mejor se adapta a áreas urbanas de gran desarrollo, debido a su mayor rapidez, seguridad, y confiabilidad frente a otros medios alternativos. Disminuye la siniestralidad vial y no produce obstrucciones en el tejido urbano. A su vez, el subte es el medio ecológicamente más sustentable, ya que no contamina la atmósfera y genera una disminución en el ruido. Es decir que no estamos solo ante a un sistema de transporte, sino frente a una obra de intervención urbana que, por dimensión e impacto, potencia la mejora de la calidad de vida en las grandes urbes, transformándose en una herencia que beneficia a las futuras generaciones, teniendo en cuenta su largo plazo de amortización. Para que los porteños podamos vivir cada día mejor, sería bueno que el actual Jefe de Gobierno comprenda que la próxima estación debe ser un subte que llegue a toda la ciudad, nuestra querida Ciudad de Buenos Aires.