20.11.2016 / Entrevista exclusiva

“El discurso de la inseguridad recorta el problema de los delitos en los delitos de los pobres”

La inseguridad pasó a ser uno de los principales problemas y crece el discurso anti inmigratorio por parte del Gobierno y sectores de la oposición. En consecuencia, el especialista Mariano Gutiérrez analiza ese escenario y asegura que mientras haya más desigualdad en el país habrá más tasas delictivas.

por Giuliana Fernández



En diálogo exclusivo con Política Argentina Mariano Gutiérrez, abogado, investigador del Instituto Gino Germani, profesor de la UBA e integrante de Asociación Pensamiento Penal destacó que cada vez tenemos leyes más duras y que los dirigentes saben que no sirven pero que las siguen aplicando para evitar perder consenso. También explicó las consecuencias en materia penal en períodos en donde se agranda la brecha entre ricos y pobres: “Siempre que aumenta la desigualdad, los robos empeoran” y sostuvo que ante estas situaciones se busca responsabilizar a los inmigrantes como también paso en el siglo XIX con la llegada de españoles e italianos.

En los últimos meses crece la opinión respecto a que hay una puerta giratoria en las cárceles que hace que no se cumplan las condenas. En algunos informes tuyos destacas que existe un mito respecto a esto ¿Por qué? 

Porque la puerta giratoria supone que hay gente que cuando cae presa debería seguir presa y por culpa de alguna excepcionalidad (porque tenemos determinados tipo de jueces o porque las leyes son blandas) esa gente sale en libertad. Sería por un defecto del sistema.

Eso es falso por varias razones: primero en todos los sistemas del mundo occidental moderno la libertad durante el proceso es una decisión, o no, cautelar. Se está tomando una decisión que el juez todavía no puede determinar si es culpable o inocente, eso lo tiene que determinar un segundo juez que va a evaluar todas las pruebas en su totalidad. Entonces, ese primer juez que tiene que evaluar la libertad de un imputado lo tiene que hacer sobre la base de que es inocente. Esto no es una perversión argentina o un invento de los últimos 20 años, es así hace 200 años en todos los países del mundo occidental.

Si los delincuentes entraran y salieran con facilidad, entonces tendríamos cada vez menos presos, o al menos la misma cantidad. Por el contrario la tasa de encarcelamiento en todo el país pasó de menos de 100 en los años 80 a 164 hoy. Otra cosa que se ve es que desde el año 95 prácticamente todas las reformas legales nacionales en cuestión penal son leyes represivas.

Si la inseguridad dependiese de cuántas personas encarcelamos o de la dureza de las penas, a los países más encarceladores les corresponderían menor tasa de criminalidad. Pero es exactamente al revés.

Entonces ¿Por qué se plantea que nuestro sistema es “blando”?

Eso lo instala la derecha pero en primer lugar tenemos tasas de condenas que son más o menos altas respecto al resto del mundo occidental.  Además de eso otra cosa que se instala es que no se cumplen de punta a punta y eso también es una construcción. Eso tiene que ver con la necesidad que tiene los sistemas penitenciarios de dar premios y castigos y el único premio que tienen los sistemas penitenciarios para que de alguna manera forzar la buena conducta es forzar el tiempo en prisión. Tampoco en esto somos excepcionales. Pero aun tomando eso en cuenta no es cierto que nuestros tiempos en prisión sean cortos tomando en cuenta los delitos que se cometen.

Tenemos un régimen de condenas que va de medio a duras penas. Incluso es mucho más duro que hace 5 años, que hace 10 o que hace 15. Es decir, que en los últimos 20 años lo hemos ido agravando.

El mito de la puerta giratoria también dice que antes las cosas funcionaban distintas y que por culpa de los garantistas y de las leyes se fueron flexibilizando y atenuando los castigos y es todo lo contrario. Cada vez tenemos leyes más duras

El poder político ante la falta de ideas por la inseguridad les imputa a los jueces, les envía una legislación que los obliga a trabajar de una manera, los jueces actúan y los que de alguna manera se resisten son perseguidos. Hace 20 años ese juego político sobre la inseguridad es cotidiano porque no se han intentado otros caminos y se ha asumido que la inseguridad es un problema que no se puede resolver, entonces lo que hay que hacer es reducir el costo político cuando la conmoción pública aparece.

Pero ¿cuál es la situación específica del país en materia de delito?

Argentina tiene una alta tasa de robos pero cuantitativamente no somos un país con alta tasa de homicidios. Sin embargo cuando instalas el problema de la inseguridad se pone todo en una gran bolsa y se plantea que es todo lo mismo, cuando no.

El discurso de la inseguridad recorta el problema de los delitos, en los delitos de los pobres. Y en general en los delitos de los pobres que pueden ser víctimas las clases medias. Es decir, hay muchos delitos en los barrios populares, cuyas víctimas son las personas que viven ahí pero mediáticamente eso no genera una mirada de inseguridad. Hay mucha delictuosidad en las clases medias que no se registra como inseguridad pero cuando en la vía publica hay una victimización por parte de alguien de la clase media si se piensa como inseguridad. Por ejemplo: ¿Un ataque de tres chicos a un señor en la vereda es inseguridad? Si yo te digo que esos chicos son rugbiers lo que se dice es que hay un problema de los rugbiers pero si son tres pibes de gorrita que vienen de la villa, que empujan a un señor, si es un problema de inseguridad.

Entonces ¿Qué implica el discurso de la inseguridad en la cuestión penal?

Te lleva a que la única salida es el castigo. Ningún político ha encontrado el capital suficiente o la oportunidad para encarar el problema. Por eso se hace tan fuerte el recurso de la puerta giratoria, porque en el fondo refleja la falta de ideas, creatividad y poder de la clase política. Es la manera fácil de encapsular la responsabilidad.

Recién explicaste que Argentina tiene una tasa de homicidios baja respecto al resto de los países de América Latina pero si hay muchos robos ¿Por qué aumentaron los delitos contra la propiedad?

En primero lugar en cualquier momento histórico del siglo XX o XXI de nuestro país y de antes también todas las personas viven su momento como el peor, con la idea de que alguna vez las cosas funcionaron de manera distinta. Las personas tienden a romantizar su pasado y a tener la idea de que hubo una edad de oro. Por ejemplo, con el discurso anti-inmigratorio actualmente se plantea que el problema de la inseguridad son los bolivianos, paraguayos pero en el siglo XIX se plateaba que el problema de la inseguridad eran los gallegos e italianos. En ese momento le decían que venían a robar y además se hacían todas las conexiones entre delincuente, anarquista y criminal. De hecho la criminología estudiaba a los anarquistas como una especie de criminal.

Actualmente se marca al migrante actual como la causa de la decadencia y se imagina un pasado de oro pero cuando miras los diarios vez que siempre se marcó eso, que hoy estamos mal pero antes estábamos mejor, pero cuando vas a medir la violencia en la sociedad el único dato duro que tenes es el nivel de homicidios y el nivel de homicidios no se ha modificado en los últimos 20 o 30 años de manera relevante salvo en el período 2001-2003. En el 2001 comienza a crecer, en el 2002 pegó un pico y en el 2003 empieza a bajar.

Nosotros estamos discutiendo tasas de homicidios en alrededor del 7 por ciento. Santa Fe tiene 12 cada 1000 personas, San Pablo tiene 25, Caracas debe estar cerca de 50. Estamos más cerca de las tasas europeas, que de las latinoamericanas, Lo que pasa es que si vos lo decís así se hiere la consciencia de las víctimas. Por eso es muy difícil dar la discusión pública porque cuando te lo reducen a cuestiones personales, la cifra se cancela.

Pero ¿Por qué crece el robo?

Hay muchas razones pero hay una curva que es insoslayable. Siempre que aumenta la desigualdad, cuando empeora el índice de gini, los robos empeoran. Esto es ley de hierro. No es lo único que influye pero es el factor más determinante. Sin embargo si mejoras la igualdad no es que de un momento para el otro mejora ¿Por qué? Porque ya destruiste un tejido social, ya generaste miseria, ya rompiste trayectorias educativas y laborales.

En un contexto en donde no hay expectativa de vida, en una sociedad de consumo donde la inclusión es redistribuir la igualdad a través del consumo inmediato, el consumo de lo que se agota en el instante implica que no solo por políticas de distribución de la riqueza reduzcas este tipo de hechos.

¿Vos pensas que por meter a un pibe en una cárcel vas a solucionar las cosas? Están tan atravesados estos planteos por la emocionalidad que es muy difícil hacer estos análisis.

¿Cuándo comienza este endurecimiento de las leyes y por qué?

Hay que entender una excepcionalidad del período histórico de los años 80 que fue la reconstrucción democrática. En ese momento las ansiedades sociales y las demandas colectivas no estaban puestas en resolver los miedos a través del castigo, sino al revés. Resolver el problema con un estado de derecho. En otros contextos empieza antes, nosotros tenemos un delay de 10 años.

 El endurecimiento penal llega de la mano del neoliberalismo. En el caso argentino el neoliberalismo presenta su faz más técnica, hasta el año 95. Después genera una ruptura social de los colectivos y se instala un discurso relacionado con la individualización de la experiencia por lo que tu experiencia no va a estar mediada por colectivos. En general este proceso viene acompañado de un fuerte sentimiento de angustia, de desprotección y entonces aparece el problema de ´si soy yo solo, y soy el empresario de mí quien me da mi seguridad jurídica de poder ser yo quien se me pide que sea´. Ahí aparece los discursos neoconservadores en donde el Estado si te tiene que dar la seguridad que de que vos puedas hacer lo que quieras ¿Cómo? Sacando a estos tipos de circulación. La demanda subjetiva por seguridad y el uso político de la promesa represiva forman parte del mismo proceso.

Por último ¿Qué cambios observas entre la gestión kirchnerista y la actual en materia de seguridad?

Particularmente el período de (Daniel) Scioli fue bastante coherente en intentar como única vía, la vía represiva. Siempre hizo leyes apelando a que la culpa era de los jueces, los interpelo públicamente, les dio más poder a la policía. A (Felipe) Solá lo que lo caracterizaba es la ambigüedad, hacia una cosa por derecha y otra por izquierda al mismo tiempo. Los dos gobernadores muy coherentes en la provincia fueron Ruckauf y Scioli, los dos de derecha. Los intentos progresistas que se hicieron siempre estuvieron acompañados de maniobras para compensar. María Eugenia Vidal empezó con un discurso bastante reformistas pero duró menos de un mes. Para entender estos juegos hay que entender la coyuntura política. Provincia y Nación suelen girar a contramano. Son opuestos complementarios.

Lo que hay que preguntarse es ¿Por qué si los gobiernos pos neoliberales tenían una agenda popular, una reivindicación de los derechos humanos, en general no pudieron funcionar de otra manera en materia penal? Y lo que pasó es que hubo intentos en los primeros años bastante tímidos pero les cuesta  mucha imagen pública.

Además la clave siempre la encontraron en fomentar el consumo. Eso no significa una vuelta a las trayectorias laborales inclusivas fuertes, al contrario, la cultura del consumo también está asociada a las vivencias de violencia. Ese proceso cultural no fue cuestionado de forma muy radical, ahora hay una revitalización de ese cuadro del 95. El neoliberalismo como razón económica y política, la vuelta a la sacralización del individualismo y ese juego con la promesa punitiva como solución a la inseguridad