31.01.2017 / MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

Detuvieron a un genocida condenado a perpetua que estaba prófugo desde 2013

Se trata de Jorge Antonio Olivera, sentenciado a prisión perpetua en San Juan y fugado del Hospital Militar porteño hace casi cuatro años. Lo encontraron escondido en el baúl de un auto, en la casa de su ex mujer en San Isidro.




El represor Jorge Antonio Olivera, condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad por la justicia de San Juan, fue recapturado ayer en la localidad bonaerense de San Isidro, tras permanecer prófugo durante casi cuatro años. Fue hallado en el baúl de un auto, cuando intentaba ocultarse en la casa de un familiar.

El 25 de julio de 2013 Olivera se fugó del Hospital Militar de la ciudad de Buenos Aires. Lo hizo junto a Gustavo de Marchi, otro represor condenado, que fue detenido nuevamente en 2015. Hasta ayer, Olivera era considerado uno de los genocidas prófugos más buscados.

Condenado a perpetua por los delitos de privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados por su estado de cargo público y asociación ilícita, entre otros cargos, fue encontrado en el baúl de un auto en el garaje de la casa de su ex mujer. Intentaba, una vez más, evadir a la Justicia. Su captura había sido solicitada por el fiscal federal Franco Picardi, quien estaba a cargo de la búsqueda desde el momento de la fuga, informaron fuentes judiciales.

La investigación, que demandó largos tres años y medio, se centró últimamente en su entorno familiar, con escuchas telefónicas y seguimiento de mails. Según informó la agencia DYN, en las últimas horas se detectaron movimientos que hicieron crecer la sospecha de que Olivera podía estar en la casa de su ex mujer. Ella intentó negar que se hallara en el lugar, pero la Policía Federal, al detectar que estaban las camas deshechas, siguió buscando y lo encontró escondido en un vehículo en el garaje de la finca.

El represor ya había estado prófugo durante ocho años: logró escapar de Italia con un documento falso. En 2008 lo detuvo la Unidad Especial para Búsqueda de Personas Ordenada por la Justicia, dependiente del entonces Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.

El genocida, mayor retirado y abogado, era agente de inteligencia de la dictadura cívico-militar y estuvo involucrado en el secuestro y asesinato de la modelo franco-argentina y militante de la Juventud Peronista Marie Anne Erize Tiseau, en octubre de 1976. Tras haber sido condenado con la pena máxima en 2013, en julio de ese mismo año consiguió que lo trasladaran junto al otro represor al Hospital Militar Central en Buenos Aires para controles médicos menores. Pero de allí huyó y permaneció prófugo hasta ayer.

Aquella fuga dio lugar a que se inhabilitaran las dependencias militares para alojar a detenidos por crímenes de lesa humanidad, medida que fue revertida por este Gobierno con la reapertura de Campo de Mayo como espacio para su reclusión VIP, algo que fue denunciado por los organismos de derechos humanos.