Un sindicalista fue envenedado con material radiactivo puesto en una botella de agua que tenía dentro de la oficina del gremio de Luz y Fuerza de Zárate, en las intalaciones de Atucha. El hecho ocurrió el 9 de mayo en la empresa.
Cuando Damián Straschenco se retiraba de su lugar de trabajo, los detectores colocados en los portales de la compañía dispararon una alarma que daba un grado de radiación, por lo que inmediatamente el trabajador recibió "asistencia médica de protocolo para poder eliminar lo más rápido posible lo que se pudiera de la radiación, y después una serie de controles".
Por su parte la presencia de material radiactivo en el cuerpo de Straschenco no se encontraba entre el personal autorizado para acceder al reactor nuclear con lo cual la investigación determinó que el dirigente había ingerido agua de una botella de su propiedad que había sido deliberadamente contaminada.
En diálogo con Ambito Financiero,
el gremialista explicó que el nivel de radiación hallado en su cuerpo "oscila entre 130 y 180 milisieverts, cuando la medida máxima tolerada para un trabajador expuesto a la actividad del reactor nuclear es de 20 milisieverts por año". En este marco admitió no tener sospechas respecto de quién pudo haber hecho el atentado.
