17.07.2017 / Análisis

Puntos claves de la reforma laboral en Brasil y sus consecuencias para la región

El Senado brasileño aprobó una serie de medidas que tienen como objetivo central flexibilizar las normas de contratación. Política Argentina se comunicó con Amilcar Salas, politólogo y especialista en la materia, quién destacó que "no sólo es un retroceso en la protección social sino que además es una nueva arquitectura jurídica para un nuevo ciclo de acumulación del capital".

por Giuliana Fernández




La reforma laboral aprobada el pasado martes por el Senado brasileño lleva adelante una serie de medidas que tienen como objetivo central flexibilizar las normas de contratación, las resciciones de los contratos y  determinar la preeminencia de los acuerdos colectivos sobre la legislación. En este sentido quedan fuera del área de negociación los temas relativos al salario mínimo, el aguinaldo o los aportes a un fondo de garantía que el empleado recupera en caso de despido (FGTS). Amilcar Salas, politólogo y especialista en Brasil, explicó cuáles es el nuevo panorama, las consecuencias para la región y la relación entre la reforma y la condena a Lula.

¿Cuáles son los principales puntos de la Reforma Laboral en Brasil?

Como toda reforma laboral de envergadura, la Ley sancionada por el Congreso tuvo un impacto y presencia importante en la agenda pública los últimos meses. En líneas generales, los principales puntos son: a) todo acuerdo de hecho entre el empleador y el empleado tendrá prevalencia fundamental más allá de lo definido por Ley; b) dependiendo las circunstancias, se restringe el acceso a la justicia laboral y a la posibilidad de establecer litigios laborales; c) se reduce en 2/3 el adicional a ser pago por la reducción del tiempo de almuerzo y descanso; d) se puede aumentar la jornada laboral aún sin haber acuerdo previo; e) se restringe las condiciones para la elección de los representantes en las empresas.

¿Qué implica esta Reforma en la región?

Esta Reforma laboral, al igual que la enmienda constitucional que restringe el aumento del gasto público por cinco mandatos presidenciales es, evidentemente, no sólo un retroceso en materia de protección social sino que debe ser comprendida como un giro en la juridicidad construida durante los gobiernos del Partido dos Trabalhadores. Por el peso que tiene Brasil como país, se trata de hecho bien elocuente: una nueva arquitectura jurídica comienza a ser diseñada en función a un nuevo ciclo de acumulación del capital, en otra dirección al que se verificó en los últimos años en la región.

¿Considerás que hay posibilidades de que eso se promulgue acá?

Sinceramente, no en lo inmediato. En Argentina, el poder del sindicalismo  - se trate de los nucleamientos que sean- más lo que determina una cierta “sociedad civil” que pareciera mantenerse por lo menos activa frente a ciertos exabruptos del Gobierno, muestra más barreras que en Brasil para que una Ley como esa prospere.

¿Qué vínculos reconoces entre la Reforma y la condena a Lula?

La condena a Lula, si bien es del orden del Poder Judicial, y la sanción de la Ley, del Parlamento, son circunstancias que se conectan entre sí en tanto favorecen los intereses de aquellos círculos de poder que, por un lado, necesitan estructurar una competencia política sin figuras que puedan alterar los “sentidos comunes” (favorables a los intereses de estas elites), como lo fueron los años de gobierno del Partido dos Trabalhadores y, por otro lado, una reforma laboral como la que sancionó es precisamente lo que estas elites necesitan para relanzar la acumulación capitalista brasileña según nuevos términos. Ambas circunstancias, en ese sentido, favorecen en principio a un mismo conjunto de intereses (elitistas)