Una de las banderas de Cambiemos, el espacio que creó el actual presidente
Mauricio Macri para ganar la elecciones 2015, se erigió alrededor de la idea de que el dedo de la política tenía que dejar ser aquel que decidiera "ayudar" desproporcionadamente a uno u otro gobierno provincial o municipal con fondos públicos. Sin embargo, se suman los ejemplos de que eso no sucede tan así.
Es el caso de Quilmes, el municipio PRO favorito 2017: mientras el gobierno nacional le dará este año un total de $2.590 millones al intendente Martiniano Molina para gestionar según el presupuesto aprobado por esa administración, a Moreno, distrito conducido por el peronista Walter Festa, sólo le tocarán $173 millones.
Según un informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM) en base al análisis del presupuesto aprobado 2017,
Molina tendrá este año $2.590 millones de origen nacional para administrar y, según sus actividades proselitistas, luego poder hacer campaña con famosos como Juana Viale o Juan José Campanella. Esa cifra
significa un jugoso 40% del dinero total que Quilmes planea gastar en el actual período, número que contrasta fuerte con los $2.417 millones menos que Macri le dará al opositor Festa, también según su presupuesto aprobado 2017.
Si se estudian estos datos cruzándolos con el censo 2010, la aguda discrecionalidad de Macri para favorecer a Molina en contraste con Festa se potencia.
Cada uno de los 580.829 quilmeños recibirá de Nación a través del municipio $4459, mientras que parece ser que cada morenense tiene un valor inferior para el Ejecutivo central, ya que a cada habitante de ese distrito sólo le llegan $335 del líder PRO.
MIRÁ EL INFORME DEL CEM COMPLETO
No obstante, no sólo es grave la discrecionalidad de las gestiones macristas para repartir fondos públicos, sino también aquello en lo que usan -o no usan, justamente- el dinero de los argentinos. Según investigó
Política Argentina,
este apoyo nacional y provincial a Molina, en gran medida destinado a infraestructura,
no se traduce en obras, ya que la municipalidad tiene altos índices de subejecución.
El
informe oficial 2016 de la situación económica y financiera de Quilmes publicado en la web del municipio revela que
el cocinero jefe comunal subejecutó el 50% de su presupuesto para el año pasado. Si el análisis se detiene en la clasificación por objeto de gasto y, específicamente, se focaliza la mirada en los
"Bienes de Uso" -el ítem 4-,
es decir la realización de obras y la adquisición de maquinarias y equipos, la subejecución es alarmante: sobre los $3.684 millones destinados, se devengaron sólo $268 millones, apenas el 7%.
Si el ojo continúa en el primer año de gestión Molina y particularmente en el gasto por programa, los problemas de administración de recursos se vuelven enormes.
En “Construcción de Viviendas” se ejecutó el 3%; en el “Programa Federal de Villas y Asentamientos” se usó el 2% del dinero; y en “Redes de Aguas, Cloacas y Saneamientos Hídricos” menos del 1%.
¿Habrá mejorado su perfomance Molina en
2017, pleno año electoral? Parece ser que la derrota del oficialismo municipal de Cambiemos en las PASO tiene su correlato en que el panorama administrativo no es diferente al del anterior ejercicio. Según
el informe económico-financiero del primer semestre de este año, sobre un
vigente para Bienes de Uso de $3.770 millones, sólo se devengó $314 millones, es decir menos de un 10%.
Por otra parte, de los $276 millones destinados a “Redes de Aguas, Cloacas y Saneamientos Hídricos”, sólo se ejecutaron $4 millones. Otra sorpresa es el caso de las obras de pavimentación y bacheo:
a pesar de la gran cantidad de calles y avenidas cerradas a lo largo del distrito por trabajos, sobre un disponible de más de $1.500 millones sólo se ejecutaron $180 millones.
