01.11.2017 / Cambiemos y el mundo

Tras tildarlos de "mugrientos", el Gobierno ecuatoriano le exigió a Macri que eche al embajador Juez

Las insólitas declaraciones del embajador argentino que Macri eligió para Ecuador en que tildó de a los habitantes de ese país de tener "hábitos mugrientos" le valieron un nuevo escándalo diplomático al gobierno nacional. El Gobierno de ese país le pidió a la Cancillería argentina que remueva al cordobés de su cargo.



Son varios los integrantes del Ejecutivo de Cambiemos que acostumbran bromear en medio de actividades oficiales o durante entrevistas mediáticas. Sin embargo, el caso del embajador argentino en Ecuador tildando de "mugrientos" a los ecuatorianos en lugar de generar risas provocó tanto repudio en ese país que le valió un nuevo escándalo diplomático a Mauricio Macri, ya que el Gobierno de Quito le exigió a la Cancillería argentina que eche a Luis Juez.

Al referirse a sus actividades durante la jornada electoral del 22 de octubre, para la cual vino a la Argentina y aún no volvió a Ecuador, Juez expresó: "Estaba desde las 7:45 en la escuela San José y vos sabés que así yo no me instalo. Llegué hace media hora, me pegué una ducha, me puse un saco y una camisa porque no quería estar con la ropa de esta mañana, van a decir que soy un mugriento y agarré hábitos ecuatorianos".

Esas declaraciones no fueron gratis para el dirigente cordobés que Macri eligió para representar a la Argentina en Ecuador. A raíz de esto, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de ese país solicitó en las últimas horas al gobierno argentino un nuevo embajador en Quito, a raíz de las polémicas declaraciones que realizó Juez.

Aún la Cancillería argentina no se pronunció al respecto y voceros de la cartera adelantaron que difícilmente lo haría en las próximas horas, debido a que las autoridades diplomáticas estaban abocadas a los ciudadanos argentinos fallecidos en el atentado de hoy en Nueva York.

Según reprodujo el diario cordobés La Voz del Interior, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador solicitó al gobierno de Argentina que reemplace a Juez a raíz de "los comentarios que hizo el embajador de Argentina, tras los que hemos recibido varias manifestaciones de rechazo, especialmente de comunidades indígenas de Otavalo, de la zona norte del país".

La petición fue hecha "de manera telefónica el viernes pasado" y fue transmitida tanto por el embajador de Ecuador en Buenos Aires, Diego Fernando Yépez Lasso, como por la propia Cancillería ecuatoriana, se indicó.

No conforme, tras haber hablado sobre los supuestos "hábitos" de los ecuatorianos de no bañarse, Juez la quiso arreglar y la terminó embarrando aún más su ya manchada imagen al referirse a las "costumbres" de los habitantes de una región de Ecuador. "Una de las más conocidas es el pueblo Otavalo. Ellos se visten a la mañana del sábado y están todo el fin de semana con la misma ropa. Me refería a eso, para no estar todo el día con el mismo atuendo pase por casa a cambiarme", lanzó de forma insólita.

Esto hizo enfurecer a los habitantes de Otavalo. Según El Comercio, la semana pasada unos 200 habitantes y autoridades del cantón Otavalo, provincia de Imbabura, se concentraron frente a la Embajada de Argentina, en Quito, para exigir la salida del país de Juez.

Además de enviar una nota con un enérgico reclamo, la Cancillería ecuatoriana ya había convocado la semana pasada al encargado de negocios de la sede diplomática de Argentina, Carlos Catella, a que dé explicaciones sobre los dichos de su superior, que desde que armó el escándalo no retornó a Quito.

Catella dijo anoche a EFE que desconocía el reclamo de Ecuador para que echen a Juez. "No pasó por acá y tampoco me lo han transmitido de la Cancillería argentina. No me consta", aseveró el diplomático. "La Embajada Argentina no tiene ningún tipo de información de que el Gobierno ecuatoriano haya pedido el cambio del embajador, ni de forma escrita ni verbal", agregó.

Hasta ahora, Juez sólo se expresó en una carta que envió a la canciller ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, en la que argumentó que fue descontextualizado.