La andanada de detenciones, sindicada como una "persecución política y judicial" por dirigentes del kirchnerismo y hombres del gremialismo, y el cuestionado paquete de reformas con que avanza el Gobierno de
Mauricio Macri tras las elecciones generó distintos tipos de reacciones, algunas, incluso, sorpresivas. Es el caso de la expresidenta
Cristina Fernández de Kirchner y el camionero
Pablo Moyano, que
están distanciados desde años antes de que concluyera la gestión kirchnerista, pero que
ahora podrían estar camino a un acercamiento.
Es que
la senadora electa de Unidad Ciudadana retuiteó una entrevista al hijo de Hugo Moyano y aseguró que los une "la esperanza". El secretario general adjunto de Camioneros destrozó la reforma laboral que propone Cambiemos,
apuntó contra los que "cantan la marcha y después hacen todo lo contrario a la doctrina peronista" y disparó contra la embestida judicial contra el kirchnerismo y el sindicalismo:
"Sería un orgullo caer en cana con un gobierno gorila como éste, por defender a los trabajadores".
Quizá como una implícita respuesta,
el gesto de CFK a Moyano ocurre horas después de que el exjefe de Gabinete Aníbal Fernández publicara una carta en la que califica a Unidad Ciudadana como una "construcción berreta que lejos de parecerse a un frente compuesto por fuerzas de distintos palos, se asemeja más a quienes desde la impotencia intentan hacer desaparecer al peronismo" y, tras juzgar que "puede ser que ser leal no garpe electoralmente", define al camino elegido por la exmandataria como "una campaña light y amateur, para evitar que se recuerde a la vieja Cristina, hacedora de tanto, mientras la nueva Cristina habla de los logros de sus dos gobiernos; y aunque se limpie el horizonte de dirigentes estigmatizados, dirigentes que se han roto el alma en nombre del proyecto, aunque te pidan que no vayas a los actos, no integres las listas, no juegues... no se puede".