18.02.2018 / Opinión

Los millones de Andorra y el posfútbol

En tiempos de la posverdad, el deporte popular se convirtió en una mentira emotiva relatada por grandes medios y empresarios.

por Leonardo Damián García




La investigación del diario español El País, en donde se reveló que el actual subsecretario general de la presidencia Valentín Díaz Gilligan posee en su cuenta 1,2 millones de euros producto de una sociedad que mantenía con el empresario del fútbol Francisco "Paco" Casal, volvió a poner sobre la mesa quienes son los que manejan verdaderamente el deporte más popular de la historia, aún por encima de los Juegos Olímpicos.

La situación es simple, Díaz Gilligan es apoderado de la cuenta de Paco Casal por un litigio que el empresario mantenía con la DGI uruguaya desde 2002, en 2012 el entonces encargado de turismo porteño bajo la alcaldía de Mauricio Macri tomó posesión de la mencionada cuenta que era parte de la empresa inglesa Line Actión, dedicada a la intermediación en transferencias de jugadores. El 100 % de esta firma pertenecía a la mercantil panameña Nashville North Inc, de la cual se desconocen sus dueños.

Después de varias presiones y fallos en contra de Casal fue el propio Pepe Mujica quien dio por finalizada la deuda después de que el empresario amenazará con demandar al Estado uruguayo por 300 millones de dólares. Pero ¿qué es lo que tiene que ver Díaz Gilligan y su actual superior Fernando De Andreis en todo esto?, tiempo al tiempo.

Casal fundó en 2003 Gol TV, primero vendiendo derechos en Estados Unidos y ya en 2005 para Latinoamerica. Su primer gran negocio fue levantar Tenfield en el 1998, el hermano uruguayo de Torneos y Competencias, para después comprar los derechos del fútbol de la vecina orilla en 32 millones de dólares menos de lo que valía.

Paco Casal pasó a comprar casi todos los derechos de las ligas sudamericanas, con su Uruguay en el bolsillo se quedó con el fútbol peruano en 2013, con el venezolano en 2016 y con el ecuatoriano en 2017.
Además era representante de jugadores e intermediario en cada operación, si querías jugar en Uruguay o estabas con Casal o estabas con Casal.



"Valentín trabajaba como asesor de GolTV. Los directivos de esa firma le piden ponerlo como director de Line Action en 2012. La firma es británica, está radicada en londres y ahora el director es Francisco Casal"; señalaron desde su entorno al diario Pérfil. 

Antes en 2010, GolTV buscó tentar a la Asociación del Fútbol Argentino para romper el contrato con el Estado argentino y desarticular el programa estatal de trasmsiones deportivas Fútbol Para Todos pero en sudamerica, mientras vivió nadie fue más fuerte que Don Julio Humberto Grondona a la hora de poner condiciones así que nada prosperó. Con el FIFAGate en escena mundial y varios de sus laderos presos más de uno reconoció por lo bajo la sabiduría del eterno presidente para saber partir a tiempo.

"Con el grupo empecé a trabajar en 2010 con distintas propuestas, fundamentalmente con la TV, que tienen un canal en EE.UU. y quisimos llevarlo a la Argentina. Por distintos motivos fue imposible llevar el canal a la Argentina, generamos este nuevo proyecto con la sociedad, cuando terminó la sociedad estaba dedicado 100% a la función pública", aseguró Díaz Gilligan en una entrevista con el diario La Nación.

El final de esa frase nos recuerda que en 2015, una de las primeras medidas de Macri fue pasar al FPT de la estructura de Jefatura de Gabinete a la órbitra de la Secretaría General de la Presidencia donde De Andreis colocó al primer empresario en presidir una Sociedad Anónima al frente de un club grande: Fernando Marín, ex gerenciador de Blanquiceleste durante la quiebra del Racing Club.

Una vez que el Gobierno alcanzó la intervención de la AFA, avanzó con el proceso ilegítimo y después de ahogar financieramente a los clubes, el reclamo de un nuevo contrato para explotar los derechos de televisación del fútbol argentino no tardó en llegar. La licitación fue para Fox y Turner con la producción integral de Torneos, pero en un principio ni Díaz Gilligan ni Casal dejaron de lado la posibilidad de que GolTV participe por los derechos del fútbol nuestro.

Díaz Gilligan vendió Line Action el 3 de noviembre de 2014, once meses después de desembarcar en el gabinete porteño de Macri. “Creí que había cesado en julio de 2014”, justifica. El dirigente abandonó entonces su puesto de director de la mercantil, pero volvió a ocupar el mismo cargo horas después, según el registro mercantil de Reino Unido.

Fernando De Andreis, Rogelio Frigerio y Valentín Díaz Gilligan en la cena solidaria de River
Fernando De Andreis, Rogelio Frigerio y Valentín Díaz Gilligan en la cena solidaria de River


Además de ser socio de uno de los personajes más polémicos del fútbol sudamericano, Valentín Díaz Gilligan es dirigente del River Plate, donde se desempeña como vocal encolumnado en la agrupación del banquero y vicepresidente Jorge Brito. Va a contramano de Macri y otros miembros del Gabinete como Andrés Ibarra que anhela con suceder a Daniel Angelici en 2019.

Estos últimos años se puso varias veces sobre la mesa del periodismo la relación entre Paco Casal y su exrepresentado y actual mánager Millonario Enzo Francescoli, en especial ante una inesperada y abultada cantidad de jugadores uruguayos que desembarcaron en Núñez a pesar del conocimiento del DT por haber sido campeón en aquella liga.

La Banca privada d’Andorra y el casi millón de euros volvió a evidenciar de que se trata este entramado financiero donde siempre ganan los mismos y los goles los gritan empresarios en lugar de hinchas. Donde lo importante se dirime en una oficina y no en el campo. Donde el capital oprime y manda sobre la pasíón. En un país donde un pack de TV vale más que una entrada y las sociedades civiles con contención social se ven sofocadas por la amenaza de las Sociedades Anónimas Deportivas.

En tiempos de posverdad, donde los gritos de los periodistas convertidos en actores mediáticos predominan sobre el análisis del juego como verdades reveladas, vivimos el postfútbol: la destrucción de colectivos identitarios que nos dejan otra cosa, una mentira emotiva entramada en un negocio de pocos relatada desde los medios.

Por favor, que a este nuevo tiempo no lo llamen fútbol...