Luego de unos primeros días sin aparecer cuando
Mauricio Macri daba por iniciado el proceso de negociación con el Fondo Monetario Internacional,
la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal dio por comenzado su rol -encomendado por la "mesa chica" presidencial- de gladiadora del acuerdo como el FMI y, en esa línea, lanzó la insólita explicación de que el Gobierno vuelve al endeudamiento con el FMI porque está "protegiendo a los más débiles".
En declaraciones al canal TN, la mandataria provincial admitió que el Ejecutivo nacional tuvo "dificultades" durante la corrida cambiaria, pero que busca la ayuda del Fondo para "acelerar el rumbo elegido", que es el de "proteger a los más débiles".
"Tuvimos dificultades en estas dos semanas que pasaron, son problemas que sabíamos que podíamos tener. Sin embargo, elegimos el rumbo correcto porque estamos protegiendo a los más débiles", aseguró.
En esa misión proselitista pero no de campaña sino de defensora a ultranza del acuerdo "stand by" de carácter "excepcional", la exvicejefa de gobierno porteño se encargó de subrayar que la Argentina transita “por el camino correcto”, pero lo hizo a través de alejarse de los tecnicismos y apelando a frases de la cultura popular, fiel a su estilo:
“Como decían los abuelos: ‘Cuando uno se quema con leche, ve la vaca y llora’. Y cuando uno ve que el dólar sube, se asusta".
“Esto es como un viaje a Mar del Plata: es tan rápido como sea posible para llegar y tan lento como sea necesario. El objetivo siempre es llegar antes pero sin chocar ni demorar innecesariamente. Y eso en nuestra caso lo marca quien nos presta el dinero para hacerlo lento”, insistió Vidal en línea proverbial.
En línea con el discurso argumentativo de Macri, tomó el camino de las necesidades que plantearía a la Argentina "el mundo" y apeló a una autocrítica light. “
El mundo apostó mucho por nosotros y lo sigue haciendo, pero nos dice que tenemos que ir un poco más rápido. Para que el final del viaje sea bueno, tenemos que hacerlo todos juntos. No podemos estar algunos tratando de avanzar un poco más rápido y otros al costado buscando que choquemos”, afirmó.
Y llegó el turno de la autocrítica: “
Tal vez no fuimos lo suficientemente claros para transmitírselo a la sociedad, para que se diera cuenta que este camino, que si bien era difícil, era menos difícil que las otras alternativas. Tampoco apareció nadie en estos dos años o en los últimos días con una propuesta responsable para reducir este gasto. Más bien todo lo contrario. No hay ningún proyecto serio”.
Finalmente, evitó hacer pronósticos inflacionarios en un contexto donde aún no tiene cerrada la paritaria docente y la devaluación de más de 25% ya impactó en los precios de las góndolas. “Es muy prematuro. Hay que esperar a que Banco Central evalúe los efectos de lo que pasó en las últimas semanas, pueda volver a definir escenarios de inflación y crecimiento para este año, y en base a eso, cada uno de los sectores nos volvamos a sentar para dialogar. Todavía hoy es difícil estimar cuál va a ser el impacto”, señaló.
