29.05.2018 / Opinión

Jubilados pobres, un negocio financiero

Le decimos "no" al uso de los recursos de la seguridad social para pagar la deuda externa y no más usura con nuestros abuelos.

por Luana Volnovich (Diputada Nacional Unidad Ciudadana)




La corrida cambiaria y la devaluación de la semana pasada, dejaron un saldo trágico para nuestros jubilados. El salto del dólar de 20 a 25 pesos, generó una estrepitosa caída de la jubilación mínima que pasó de 383 a 306 dólares, es decir que en tan solo dos semanas los jubilados cobran un 20% menos. Y la inflación no para de crecer.

El recorte en las jubilaciones que el gobierno llevó adelante con el cambio en la fórmula de movilidad jubilatoria, la pérdida diaria frente a inflación, y las constantes devaluaciones, conforman el combo perfecto para que los jubilados deban volcarse  inexorablemente a tomar préstamos y endeudarse a tasas usurarias para vivir.

Hay un nuevo lema nacional: La plata no alcanza. De hecho, el 80% de los jubilados no logran cubrir su canasta básica. En este contexto Cambiemos ofrece una salida, ¿Cuál es?: los préstamos Argenta con intereses exorbitantes que ponen de manifiesto la calidad humana de los integrantes del gobierno que solo buscan aprovecharse y hacer usura con los jubilados.

A la hora de solicitar un préstamo, los jubilados y las mamas que cobran la AUH se enfrentan a intereses del 36% anual, muy por arriba de la inflación que según las metas oficiales seria del 15%.  En 2016 las tasas eran del 24%, luego 27%, ahora 36% y no sabemos hasta donde llegara esto.

Pero ANSES parece estar muy orgulloso de hacer usura con nuestros abuelos. Tal como informa el organismo, en el segundo semestre del año pasado, en plena campaña electoral, se asignaron préstamos por 56 mil millones de pesos, un 40% más que los otorgados por el programa desde su creación en julio del año 2012. Esto; que el gobierno presenta como un éxito de gestión,  es una triste realidad: los sectores más vulnerables sufren de la demagogia electoralista de Cambiemos. Es cierto, los jubilados acuden masivamente a la ANSES para acceder a préstamos, pero es más cierta la tragedia detrás: lo hacen para pagar la luz y el gas; así las políticas de seguridad social se transformaron en políticas de endeudamiento. 

Pero esto es apenas el comienzo. El gobierno ha dicho hay que aumentar la velocidad del ajuste; urgencia que se impone producto de la mendicidad con la que se recurre al Fondo Monetario Internacional en búsqueda de 30 mil millones de dólares que le permitan hacer frente al desbarajuste que el mismo gobierno generó.

Los condicionamientos del Fondo son conocidos, el mismo organismo había comunicado en el reporte anual 2016, sus recomendaciones que incluyen el aumento en la edad jubilatoria, la reducción del haber inicial, la modificación de la fórmula de movilidad, etc.

Cualquier dirigente gremial o político que avale estas recetas de hambre para nuestros jubilados debe saber que llevará sobre sus espaldas la responsabilidad de haberle robado la felicidad de millones de familias, que ven hoy a sus padres y abuelos sufrir como ya los vimos tantas veces. Junto a Macri, Vidal y el FMI, ha vuelto un Estado que lejos de proteger a sus adultos mayores, se aprovecha de ellos.

Por eso, defendemos la ley de movilidad y la estatización de las AFJP, impulsadas por Cristina Fernández de Kirchner, le decimos no al uso de los recursos de la seguridad social para pagar la deuda externa y no más usura con nuestros abuelos.