12.07.2017 / Brasil

Condenaron a Lula da Silva a 9 años y medio de prisión

Lo decidió el juez Sergio Moro por los delitos de "corrupción pasiva" y "lavado de dinero" en el marco de la investigación del Lava Jato. De todas maneras, para que la sentencia contra el exmandatario brasileño se haga efectiva, debería ser ratificada en segunda instancia, cosa que puede demorar un año y medio, y podría significar la inhabilitación para cargos políticos.



Al día siguiente de que el Senado brasileño aprobara una polémica reforma laboral que incluye una fuerte flexibilización, la justicia de ese país condenó al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva a 9 años y seis meses de prisión por los delitos de "corrupción pasiva" y "lavado de dinero" en el marco de las investigaciones por la causa conocida como Lava Jato.

Sin embargo, Lula aún no irá preso, ya que la condena debe ser confirmada en segunda instancia por el Tribunal Regional Federal, que puede demorar un año y medio en dar a conocer su dictamen, para que se haga efectiva.

Si la decisión del cuestionado juez Sergio Moro es ratificada por el TRF, el exmandatario será inhabilitado para cargos políticos no sólo durante la condena sino también 9 años más una vez liberado. El exobrero metalúrgico anunció que competirá como candidato a Presidente por el Partido de los Trabajadores (PT) en las elecciones de 2018, y todos los sondeos hechos hasta el momento lo muestra liderando las preferencias con comodidad.

La determinación judicial está basada en el caso de un departamento tríplex que el exjefe de Estado habría recibido de una constructora beneficiada dentro del esquema de sobornos de Petrobras.

La decisión del juez Moro confirma las acusaciones de la Fiscalía de que Lula, de 71 años, recibió sobornos por US$ 1,2 millones de la constructora OAS, involucrada en la red del "petrolão". Los pagos habrían sido el departamento tríplex en el balneario paulista de Guarujá, la reforma y decoración del inmueble, así como el depósito para almacenar los bienes de Lula desde que dejó el Palacio del Planalto, a fines des 2010.