01.06.2016 / Opinión

Ni Una Menos y el eco del gobierno

Nota de opinión sobre #NiUnaMenos y la ausencia macrista en la convocatoria, así como su tradición respecto a este tipo de reclamos.

por Julia Goldenberg




Bajo la consigna #NiUnaMenos, el 3 de junio a las 17hs. en la plaza del Congreso, nuevamente se convoca a una movilización, con el objetivo de concientizar a toda la población sobre los diferentes tipos de violencia contra la mujer,  a lo cual se suma el reclamo por la legalización del aborto y una fuerte denuncia contra el ajuste que acentúa la vulnerabilidad de las mujeres. En 2015 fueron registrados 286 femicidios y en lo que va del año ya sumamos 66, lo que refleja una desigualdad estructural y una violencia profundamente arraigada.

La primera convocatoria, en 2015, fue impulsada por un grupo de periodistas, activistas y artistas y tuvo un impacto sin precedentes. Este año se suman agrupaciones de un amplio arco político, junto con organizaciones sindicales, estudiantiles, de mujeres, y de periodistas, sin contar con el macrismo. Mariana Carbajal (quien forma parte del colectivo que lanzó la convocatoria) insistió en este punto en su nota del lunes en Página 12. Ningún referente de cambiemos participó de la convocatoria abierta a la organización de este año y tampoco figuran entre las agrupaciones que convocan a la movilización.

Sin contar la torpeza que supone esta ausencia, en un contexto donde las calles son el agujero negro del macrismo, la omisión de este acto es un ítem más en la larga lista de exabruptos del gabinete presidencial. Repasemos: los dichos de Macri en 2014 donde aseguró que “En el fondo, a todas las mujeres les gusta que le digan un piropo. Aquella que dice que no, que me ofende, no le creo nada. Porque no puede haber nada más lindo que te digan qué linda sos. Por más que esté acompañado de una grosería, no sé, que te digan qué lindo culo que tenés. Está todo bien” y sus dichos sobre su procedencia de una familia machista donde “la mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos. No la veo en ningún gabinete”. Esto, no sólo expresa un conjunto de declaraciones desafortunadas sino que se traduce en el tipo de políticas que impulsa este gobierno. Durante su gestión como jefe de gobierno, Macri vetó la ley de aborto no punible, que luego la justicia porteña declaró inconstitucional y en 2014, cerró el Programa de Atención a Víctimas de Delitos Sexuales. Luego, desde la presidencia, se desfinanciaron y eliminaron políticas públicas orientadas a la mujer (como el programa de Salud Sexual y Reproductiva) y dentro de los despidos masivos se incluyeron mujeres embarazadas, en la mayoría de las dependencias del Estado. Por eso, uno de los reclamos fundamentales de la marcha refiere a los despidos, los tarifazos, el disciplinamiento de la protesta social, la detención de Milagro Sala, entre otros.

Habrá que evaluar las respuestas del gobierno al pedido de reglamentación de la ley de patrocinio gratuito para víctimas de violencia machista y al reclamo, aún pendiente desde el año pasado, sobre la implementación de la Ley 26.485 que es la Ley de protección integral a las mujeres, que plantea la puesta en marcha del Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres que supone destinar un presupuesto -por lo menos digno- para su implementación. Si el macrismo sigue fiel a su estilo -donde lo único que tiene claro es su política económica- la respuesta se va a patear al segundo semestre.