27.06.2016 / Opinión

Maten a Messi

Un análisis sobre el mejor jugador del mundo y los ídolos en la idiosincrasia argentina.

por Gustavo Sain


 

La idiosincrasia argentina es exitista (porque estamos condenado al éxito, obvio). Idolatra personas para luego defenestrarlos. No importa bien cuáles sean esos valores por los cuales se los elige ni tampoco si están reñidos con la moral, lo importante es que los elegimos para que nos representen y tienen que hacerlo bien, como somos los argentinos, los mejores del mundo.

Tenemos un Papa argentino, que es el representante de dios en la tierra, pero se mete mucho en política, ahora que está en el Vaticano tiene que lograr la paz mundial y cerrar la grieta, porque por algo llegó ahí. ¿no? Después de todo está ahí gracias a nosotros. El Diego fue el más grande de todos los tiempos, jugaba en una pierna y daba la vida por la selección, pero ojo, “te hablo como jugador, no como persona eh”. Hizo el mejor gol de la historia de los mundiales y el de “la mano de Dios”, una “avivada” propia del argentino, porque somos re vivos. No importa cómo se ganó contra Inglaterra, lo importante es que salimos campeones. Diego era Dios pero “es villero y anda desperdigando hijos por ahí”. Charly García, es un genio, pero está loco. Además se drogaba y rompía todo, pero lo salvó Palito Ortega, “viste que bien que está ahora Charly, es un señorito”.

Y bueno, también está Messi, el mesías, el mejor jugador del mundo, “pero en el Barcelona”, porque “no ganó nada con la Selección, además es un pecho frío, no canta el himno, no siente la camiseta”. “En la final de ayer el Diego se los hubiera gambeteado a todos y los metía con pelota y todo adentro del arco a los chilenos (Sí, claro, la idiosincrasia argentina también utiliza a ídolos ya vilipendiados para denostar a otros también, depende del momento y la circunstancia). Poco importa que sea el máximo goleador de la historia de la Selección, se pague su pasaje en avión para jugar un amistoso en San Juan frente a Honduras porque la AFA es un desastre y sea solidario con sus compañeros y quien lo necesite.

“¿Que me importa que sea buena persona si no ganó nada? No es un líder como Maradona, nos está representando y si no puede ganar nada que se vaya, no tiene sangre”. Es cierto, si nosotros lo elegimos tiene que responder y lo de ayer fue un fracaso. Tanta confianza depositada en él para que nos represente y pone ante los ojos del mundo nuestras propias frustraciones. Los ídolos no se pueden equivocar, tienen que ser perfectos, sobrehumanos, nos tienen que representar tal como somos, los mejores y tenemos que ganar todo porque así somos los argentinos, dioses. Por eso, no hay dudas, maten a Messi, no se merece ser argentino.