08.03.2017 / TRAS LA MASIVA MARCHA

La reacción del Gobierno: entre acusaciones al kirchnerismo y preocupación por la crisis sindical

El reclamo por la convocatoria a un paro general, que dejó en evidencia un quiebre entre las bases y la cúpula sindical, generó nerviosismo en el Gobierno, donde no faltaron las acusaciones al kirchnerismo. La respuesta de Triaca, mientras Macri ni siquiera vio la marcha por TV.




La apelación a la ‘pesada herencia’ no podía faltar. Tras la multitudinaria movilización, de alrededor de 500 mil personas, en contra de las políticas económicas del Gobierno, desde la gestión Cambiemos no tardaron en surgir las primeras declaraciones. "La verdad es que nos preocupa cómo terminó esto. Esta movilización estuvo muy teñida de intereses políticos y eso se manifestó al final”, dijo el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. “Ese es el país al que no queremos volver”, expresó por su parte el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, tras los incidentes en Plaza de Mayo. El jefe de Estado, en tanto, ni siquiera vio la marcha por televisión.

"La verdad es que nos preocupa cómo terminó esto. Esta movilización estuvo muy teñida de intereses políticos y eso se manifestó al final. Había sectores muy vinculados a lo que se fue del país que gritaban 'volveremos, volveremos'", expresó Triaca y pidió por volver a retomar "el ámbito del diálogo".

En declaraciones al programa Intratables, Triaca afirmó que cree que hay sectores vinculados al kirchnerismo "que se está resistiendo al cambio y defiende intereses personales y sectoriales que van en contra del bien común". El ministro de Trabajo tampoco ahorró críticas para los líderes sindicales: “Algunos reconocen algunos números en privado pero después cuando hablan en público no lo hacen", se quejó.

La postura predominante en Casa Rosada resaltó la "crisis de liderazgo" de la central obrera, según la agencia DYN. Fuentes de Casa Rosada aseguraron que "las puertas siguen abiertas a retomar el diálogo" con la CGT luego de la protesta, aunque dijeron "no estar de acuerdo" con todos los reclamos. "Los incidentes tienen explicación en una fragmentación del liderazgo no solo de la CGT y del peronismo sino en general" en la dirigencia sindical, dijeron en Casa de Gobierno.

El Presidente, por su parte, permaneció en Olivos reunido con el ex presidente de Chile, Sebastián Piñera. Según consignó Clarín, el mandatario había decidido no alterar su agenda por la marcha de la CGT. Sólo recibía mensajes con resúmenes de su vocero entre las reuniones. En la misma línea estuvo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien de tanto en tanto llamaba a Balcarce 50 para pedir datos y monitorear respuestas.

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