El sumo pontífice se acercó a saludar a los trabajadores afectados por la reestructuración de una cadena televisiva italiana, y recordó que quien quita el trabajo a los hombres "comete un pecado gravísimo".
Francisco se refirió a esta problemática, en el marco de la audiencia general que se lleva a cabo cada miércoles en la Plaza San Pedro. En sus declaraciones, denunció la actitud de quien "por maniobras económicas" o en nombre de "negociaciones" poco claras le quita el trabajo y la dignidad a las personas.
"El trabajo nos da dignidad y los responsables de los pueblos, los dirigentes, tienen la obligación de hacer de todo para que cada hombre y cada mujer pueda trabajar y así tener la frente alta, mirar en la cara a los demás con dignidad", sentenció.