Desde el massismo advirtieron que si no hay una gran interna opositora, el Gobierno ganará en primera vuelta. ¿En qué medida es necesaria esta estrategia para vencer al kirchnerismo?
No sé si es necesario pero sí te aumentan las posibilidades de un triunfo. Si vos concentrás esfuerzos y espacios políticos, fortalecés el espacio y queda uno solo candidato. No creo que gane en primera vuelta pero es un escenario hoy por hoy abierto, las encuestas están muy peleadas y es muy difícil que se dirima en un escenario de primera vuelta. Por eso hay que hacer un acuerdo de gobernabilidad, una agenda legislativa, algunas políticas de Estado si realmente queremos producir cambios porque ningún espacio va a tener la cantidad suficiente de legisladores. Cuando las cosas las hacés muy forzadas y no hay una verdadera expresión que amalgame una meta colectiva, la ciudadanía percibe que esto no va a andar y es difícil lograr la confianza
Desde el PRO rechazaron esta idea y Massa amenazó con romper las alianzas con los candidatos del PRO-UCR en las provincias…
No sé si fue de esa forma en la que se ha expresado. No creo que haya establecido ese condicionamiento, a mí no me lo ha hecho saber en Mendoza, donde está apoyando a nuestro gobernador y lleva dos legisladores provinciales dentro de la lista. Además se queda sin armado nacional.
En las elecciones provinciales de Chaco la oposición se unión y apoyó a la candidata Aída Ayala y sin embargo perdió frente a la fórmula del oficialismo. ¿Puede ser un termómetro de lo que pase en las elecciones nacionales?
No, en Mendoza unimos y ganamos. Cuando el oficialismo pierde dice que es meramente de la provincia y cuando gana lo quiere nacionalizar. Cada provincia tiene su realidad pero debo decir que me sorprendió los resultados de Chaco. Fue muy contundente la victoria más allá de las críticas que había hacia (Jorge Militon) Capitanich. Ha hecho una buena elección y no hay que negarlo.
En 1992 Raúl Alfonsín manifestó que “si la sociedad se hubiese derechizado, lo que la UCR debe hacer en todo caso es prepararse para perder elecciones, pero nunca para hacerse conservadora". ¿Cree que la decisión de la Convención de Gualeguaychú va en contra de esos principios?
Lo que siempre digo es que hay que ver cómo queda plasmada la propuesta. Macri en un reportaje dijo que le gustaban las banderas del peronsimo que son banderas del partido nacional y popular, ahora espero que el gusten las del radicalismo. Hay que terminar de definir una plataforma de gobierno y espero que tenga mucha impronta del radicalismo. No he escuchado a Macri que vaya a privatizar YPF de nuevo, antes lo decía pero se ve que ha cambiado. Creo que esas cosas las va a mantener y sino se la vamos a obligar a mantener.
En 2011, el Frente Amplio Progresista era la primera fuerza opositora al Gobierno y hoy se encuentran relegados en la lucha por la presidencia. ¿Qué autocrítica hace?
El error fue nuestro. El 29 de mayo lancé mi candidatura y vi algunas encuestas y estábamos segundos como frente, yo estaba a 3 puntos de (Mauricio) Macri, (Hermes) Binner estaba más atrás pero con un porcentaje importante. Junto a (Elisa) Carrió y (Ernesto) Sanz sumábamos bastante pero empezamos a hablar más de Macri y los roces con Carrió, y después Sanz no se terminaba de definir. No me preocupaba la ampliación del espacio sino la dilapidación de la confiabilidad que había tenido este espacio que se reflejó en las elecciones, donde habíamos sacado el 26% de los votos. Dilapidamos esa oportunidad por problemas nuestros.
A raíz de su caída en las encuestas, el Frente Renovador ha sufrido una importante fuga de dirigentes con el intendente de Pilar, Humberto Zúccaro, como último desertor. ¿Cómo ve este debilitamiento de su espacio?
Esto ha contribuido a que no tenga la misma ponderación en la ciudadanía según las encuestas que cuando ganó la elección. Creo que el principal golpe que recibe Massa es la salida de (Carlos) Reutemann y después de indefinición de muchos candidatos en la provincia de Buenos Aires donde no tomó postura por alguno y (Gustavo) Posse y (Darío) Giustozzi se molestaron. Los que especulan son los intendentes que adhirieron cuando medía más en las encuestas y ahora se retiran viendo que se ha retraído un poco su figura. No creo que sea por él sino por los intendentes o dirigentes que sólo le interesaba el poder.
Tras las últimas experiencias radicales, desde el peronismo se buscó instalar que sin el peronismo en Argentina no se puede gobernar. ¿Cómo se cambia esa idea?
Me parece que es una reflexión hacia el peronismo, que recibe el calificativo que es muy duro cuando es oposición y no habla bien de él. La gente no vota al peronismo porque es el único que puede gobernar sino porque estará conforme con sus propuestas de gobierno más allá que muchos ciudadanos puedan disentir. Lo lógico es que hubiera alternancia como ocurre en cualquier país como Chile y Estados Unidos y que hubiera una paridad porque eso te obliga a esfuerzos cada vez más grandes de la dirigencia. Eso tampoco le hace bien al propio gobierno porque el oficialismo se desempeña mejor cuando hay crisis, pierde una elección y empieza a rebobinar. Cuando se llena de votos es cuando lo dilapida, no tiene humildad, se cree con derecho a todo y la sociedad lo castiga.
Luego de que Cristina Kirchner le pidiera “un baño de humildad” a los precandidatos a presidente, la lista se acotó a Florencio Randazzo y Daniel Scioli. ¿Cómo ve la interna del Frente para la Victoria?
Scioli es el menos kirchnerista porque tiene poco de kirchnerista en la concepción de que es un hombre que tiene otra forma de ser, de actuar y de pensar. El Frente para la Victoria tiene una particularidad que es que estando el peronismo fuertemente concentrado se unen y es una suma aritmética. Les conviene la primaria y en particular a Scioli que hoy mide más. Habrá que ver si la Presidenta se termina de meter de lleno tomando una postura por alguno de los dos candidatos pero mientras se maneje así van a cosechar votos tanto Randazzo como Scioli.
No faltan los rumores sobre una posible precandidatura a vicepresidente de Máximo Kirchner o Axel Kicillof. ¿A quién ve acompañando las fórmulas del kirchnerismo?
Por ahí lo quemo porque lo dijo Cobos pero creo que Scioli puede estar pensando en Gioja. Sabe que necesita una figura de peso para manejar el Senado, que va a ser una cuestión compleja, y Gioja es un zorro viejo con experiencia en el Senado y con capacidad de gestión. Todavía tiene hilo en el carretel.
Entonces no lo designaría Cristina al vice…
A lo mejor a Randazzo le ponen un hombre de confianza pero no creo. Van a tratar de condicionar por las listas de senadores y diputados porque creo que el vicepresidente lo va a elegir cada uno.
Después de lo ocurrido con usted con la 125 y las denuncias por corrupción que salpicaron a Amado Boudou. ¿Cree que pensarán con mayor detenimiento la persona que designarán en ese cargo?
Tienen que ser figuras que se complementen pero mucho tiene que ver con el margen que después le dé el presidente. Es bueno que tengan visiones distintas para que en el momento de tomar decisiones difíciles le valga el consejo del vice.
El lunes pasado el kirchnerismo cumplió 12 años en el poder, ¿qué cosas mantendría y cuáles modificaría de cara al próximo gobierno?
La política de Ciencia y Tecnología está bien, lo que se ha con el sistema jubilatorio está bien, la estatización de las AFJP está bien. Estoy presentando un proyecto de ley unificando todo el sistema de la Asignación Universal por Hijo para hacerlo por ley, dándole movilidad, incorporando a los monotributistas. En materia social estas cosas nadie se las puede negar pero hay que ser más prolijo. Todo el fondo de garantía y sustentabilidad se tiene que dedicar a generar mayores recursos para mejorar el tema de los jubilados y las otras asignaciones deben salir por recursos específicos y no tocar eso. Quiero un país sin inflación, que mida la pobreza, que sepamos realmente si las políticas sociales hay que ajustarlas o no, un país que apunte a la generación de producción y trabajo inserto en el mundo y esas son las cosas que le deparan al futuro gobierno.
En junio se vienen las elecciones en Mendoza. ¿Qué expectativas tiene que el radicalismo vuelva a recuperar la gobernación?
Creo que la gente nos va a acompañar con Alfredo Cornejo y Laura Montero que tienen una impronta muy del radicalismo, que en Mendoza ha sido un partido de gobierno, de alternancia. Hemos ganado todas las legislativas y nos ha faltado muy poco para hacer lo propio con las provinciales por el arrastre nacional pero ahora las elecciones están separadas así que estamos confiados.
¿Cómo seguirá su futuro político?
Vamos a esperar que se termine todo el proceso electoral de Mendoza pero seguro me encontrarán en el Congreso ya sea en Diputados o en el Senado. Para ocupar un cargo ejecutivo tendría que haber sido candidato a gobernador y yo brego por la alternancia y me parecía que otra generación me tenía que suceder
Tras la muerte de Catherine Moscoso en Monte Hermoso, se produjeron desmanes e incendios por los que se investiga a militantes del radicalismo y el Frente Renovador. ¿Qué información tiene sobre esta acusación?
Sabía que se le echó la culpa a la dirigencia pero no lo sé. Si es así, está muy mal y no corresponde. La gente está cansada de los temas del delito y violencia de género. El tema inseguridad es el principal tema que tenemos que atacar pero no comparto la justicia por mano propia. Esto nos debe sensibilizar a todos y poner el tema en la principal agenda por resolver para el futuro gobierno.
