21.05.2017 / Opinión

¿Es necesaria una Renovación en el Peronismo?

Cómo son las discusiones en el interior del espacio nacional y popular y las diferentes visiones y posiciones sobre la coyuntura, a poco tiempo del cierre de listas para las PASO.

por Nicolás Freibrun



Falta poco para el cierre de las listas para las PASO y las discusiones comienzan a tomar color, diferentes tonalidades que se expresan en el interior del espacio nacional y popular, diferentes visiones y posiciones sobre la coyuntura. Una primera cuestión  importante e interesante: se ha comenzado un proceso de discusión y  disuasión que ponen en el centro del debate liderazgos, legitimidades (pasadas y presentes) e ideas, pero sobre todo liderazgos y legitimidades. Sería un salto cualitativo que las ideas y los proyectos puedan expresarse con mayor fuerza de cara al futuro y profundizar posiciones para  ganar  claridad conceptual y programática.

Pero, ¿qué es lo que se está discutiendo?

La discusión del presente se asienta sobre dos tiempos de la política. Es una discusión sobre el pasado reciente e inmediato (la derrota del peronismo en octubre de 2015 y su crisis) y de cara al futuro (la resolución parcial de esa situación a partir de un liderazgo unificador frente a las elecciones intermedias de este año y, eventualmente, la recomposición del poder del movimiento nacional y popular de cara al 2019). La autoexclusión de Massa de la escena peronista en este contexto deja en principio a dos actores principales y con peso específico bien diferentes, tanto frente a la sociedad como hacia dentro del peronismo. Hablamos de la Expresidenta Cristina Fernández y el Exministro del Interior , Florencio Randazzo.

Se dice que Randazzo sería algo así como el Cafiero del peronismo de los  años ‘80, la encarnación de una renovación que por entonces se revelaba –de forma muy auspiciosa e interesante- como una necesidad histórica. La renovación fue una “revuelta” contra un peronismo anquilosado y autoritario que había procesado mal el final de la dictadura, y que el triunfo de Alfonsín terminó agudizando. En cierto modo, la renovación fue un movimiento profundo –político e intelectual- hacia el interior del peronismo bajo la idea de una necesaria modernización democrática y una ética-política. Era otra crisis.

La situación actual no parece ser la misma. En efecto, no solo porque no venimos de una dictadura sino, bien por el contrario, porque las ideas que identifican al kirchnerismo no están agotadas y tienen gravitación social y ascendencia ideológica sobre vastos sectores de la sociedad, ideas asociadas principalmente con el bienestar económico-social y la ampliación de derechos como dimensiones clave de la legitimidad del orden democrático. En este escenario, la necesidad de una renovación no parece ser la más urgente, en cuanto no se verifica un reclamo en esa dirección. Por decirlo de otro modo, no existe la situación en lo que lo “viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer”.

Sin embargo, los reclamos y acaso ciertas tensiones sobre la necesidad de algún tipo de cambio hacia el interior de las fuerzas progresistas y populares, se revelan como una demanda que ninguno de sus sectores puede dejar de oír. Pareciera ser entonces que el movimiento nacional y popular precisa de ciertas modificaciones, como todo campo político complejo y heterogéneo lo requiere en sus momentos de crisis. La discusión se centra, pues, en la explicitación de ideas y discursos, y en las capacidades de fortalecer al movimiento detrás de un liderazgo que convoque y aglutine a la mayoría de los sectores identificados con ese conjunto de ideas (vale decir, que tenga capacidad hegemónica). Esa necesidad de cambio no puede ser abrupta, sino gradual y crítica, distinguiendo lo históricamente valioso de lo caduco.

La figura de Cristina Kirchner sigue siendo, quizá, la más importante de la escena política contemporánea, fundamentalmente por su carisma, que deriva de su discurso y el cuerpo de demandas y transformaciones que supo encarnar. Con todo, debe reconocerse que muchas demandas de cambio se ciernen y dirigen sobre ella. En este marco viene emergiendo la figura de Florencio Randazzo como una posibilidad alternativa capaz de articular las diferentes sensaciones, visiones y afectos políticos dentro del peronismo. En cualquier caso y si así fuere en un futuro cercano, es necesario que el candidato comience a hablar por sí mismo, explicitar sus ideas políticas y tener la vocación de conformar una nuevo momento hegemónico y plural.