14.08.2017 / Opinión

El cambio dentro del cambio

Ya están los resultados de las PASO y la pregunta es si hay lugar para un cambio dentro del cambio.

por Víctor Taricco



Una primera lectura de los comicios de ayer debería indicar que el Gobierno de Mauricio Macri consiguió el apoyo que necesitaba para consolidar el rumbo de su administración. Una segunda no debería descuidar que tanto en la provincia de Buenos Aires, como en Santa Fe e incluso en CABA, el kirchnerismo se ha consolidado como principal fuerza de oposición.

Si bien en el corto plazo parecen de difícil remontada los resultados del distrito electoral más importante del país, no está de más preguntarse a dónde irán los votos de Sergio Massa (que quedó muy lejos de sus expectativas de alcanzar un 20% de los votos) y aquellos que apoyaron a Florencio Randazzo.

¿Priorizarán estos electores su voluntad opositora dándole su apoyo a Cristina Kirchner, única candidata con posibilidades de vencer al macrismo en la provincia, o preferirán concluir la etapa inaugurada en 2003 no acompañándola en las elecciones de octubre? La otra pregunta que cabe es: ¿Qué podría hacer Cristina Fernández de Kirchner para atraer esos votos que le fueron esquivos en estas PASO y que necesita como el aire en las elecciones de octubre? Y ante esto, ¿Hay posibilidad de realizar un cambio dentro de la ola más general de cambio que viene expresando el PRO y sus aliados?

Éste es el gran interrogante de la etapa, ya que esta elección no debería analizarse si no es en continuidad con el resultado de las elecciones de 2015 donde la mayoría del electorado se expresó por una nueva dirección en la política de gestión del Estado nacional y un viraje brusco en estos comicios pondría en crisis una experiencia que (afortunadamente) aún no se ha consolidado.

Por eso conviene preguntarse si la ex Presidenta podrá abroquelar detrás de sí los votos opositores con el estrecho margen que tiene para hacer acuerdos con sus exfuncionarios Massa y Randazzo. ¿Podrá Cristina convencer por sus propios medios al electorado que no la acompañó en 2015 ni en 2017 de que ella es la mejor alternativa al plan económico de Macri, pero también a los cuestionamientos que se hacen a su propia gestión? ¿Será capaz ella, y el kirchnerismo todo, de mostrarse fiel a sus electores, polarizar con el Gobierno para posicionarse como la principal opositora y al mismo tiempo recuperar aquellos votos que ya hace tiempo decidieron no acompañarla?

En el cierre de campaña en la universidad de la Matanza la candidata de Unidad Ciudadana deslizó una pista: “Muchas veces no fuimos tan humildes como deberíamos haber sido, y esto hay que reconocerlo”. ¿Será éste el camino que necesita recorrer para lograr imponerse en octubre en la provincia de Buenos Aires? ¿Podrá el kirchnerismo transformarse en una alternativa para los votantes de Massa y de Randazzo que ya dos veces le dijeron que no frente a las urnas?

Mientras el kirchnerismo pone las barbas en remojo para intentar acumular los votos que le faltan para lograr un claro triunfo en octubre, en el bunker del PRO anoche se preparaban para pisar el acelerador y salir “a escuchar” a aquellos votantes que no los acompañaron para consolidar el cambio de cara a la próxima vuelta comicial. Las cartas están echadas y ya comienza la cuenta regresiva de los próximos comicios.