27.11.2020 / El día después

El busto de Yrigoyen ya fue restaurado en la Casa Rosada pese al clamor antipopular de los macristas y los libertarios

Federico Pinedo, cuyo abuelo derrocó al gobierno de Yrigoyen en 1930, pidió junto al radicalismo que se reincorpore rápidamente el busto del expresidente radical luego de los desmanes en el velatorio de Diego. Otros dos personajes que no comprendieron la semejante perdida que sufrió el pueblo fueron Yamil Santoro que denunció al Gobierno y el angelicista Fernán Quirós.





El busto de Hipólito Yrigoyen ya fue reestablecido en Casa Rosada luego de los desmanes que se produjeron en el velatorio de Diego tras la insensata decisión de que dure pocas horas y que privo a miles y miles de poder ingresar a llorar por última vez de cerca al máximo ídolo que dio esta tierra. 

El primero en reclamar fue Federico Pinedo, uno de los macristas que más la juega de aristócrata y desprecia profundamente a la Argentina. Lo particular es que su abuelo en la vida real derrocó al gobierno de Yrigoyen con un Golpe de Estado que dio inicio a la década infame y a uno de los saqueos más grandes de la historia argentina, entregando el país al Reino Unido y otras potencias de la época.

Otro de los que quiso figurar fue Yamil Santoro, el empleado de Loperfido que fue macrista mucho tiempo pero cuando Cambiemos ganó no le dio ni una secretaría lo que expone que ni los propios lo quieren. Ahora es un libertario que denunció todas las medidas de aislamiento por inconstitucionales y hoy denuncia al Gobierno por el velorio popular diciendo que no se respetó el aislamiento.



El último lugar para los que quisieron figurar desde el odio y la ceguera de clase es para Fernán Quirós a quien Daniel Angelici prepara para ser un hipotético candidato por la Ciudad de Buenos Aires el año próximo. Quirós que prometía todas las semanas que el pico de contagios ya había pasado pese a que crecía no comprendió en ningún momento que aunque hubiera un meteorito que amenace la existencia humana, el pueblo iba a salir igual a la calle y a mansalva. La historia no los recordará y si lo hace los recordará como esto: dirigentes que no entienden al pueblo que pretenden gobernar.