15.12.2021 / Sociedad

"Hay que convivir y aceptarse”: Wado de Pedro ante un Congreso de Tartamudez

El ministro del Interior alentó a más de 100 niños con disfluencia a no dejar que ese trastorno del habla los limite. "Hay que romper con el silencio y la soledad, aceptarse y que las familias lo hablen”, expresó.




En el marco de un Congreso de Tartamudez de Salta, el ministro Eduardo "Wado" de Pedro habló este miércoles en una conferencia virtual con más de 100 niños con disfluencia y los alentó a no dejar que ese trastorno del habla los limite. 

“No soy un ejemplo de superación, porque esto es algo que voy a llevar toda mi vida. Está bueno no plantearse metas que no son posibles. Hay que convivir y aceptarse”, contó Wado de Pedro, y aseguró: “Empecé a mejorar cuando empecé a aceptarme. Durante todo el tiempo que quise superarme y dejar de tartamudear, quizás reforcé la disfluencia”.

El encuentro fue en la sede del gremio gastronómico Uthgra de la capital provincial, y allí se abordaron distintas iniciativas legislativas, como la ley sancionada recientemente, que creará un consultorio público con profesionales para chicos con tartamudez, según informaron desde el Ministerio del Interior.

Con el objetivo de concientizar sobre este problema en el habla, que posee el 1% de la población mundial y casi 15 mil chicos salteños, el funcionario no pudo evitar emocionarse al contar algunas de sus experiencias personales con esta condición: “Es medio difícil cuando uno es protagonista tener una charla sobre esto, y más cuando somos padres. Me cuesta mucho”



Durante sus 15 minutos de discurso, el funcionario recordó los momentos más difíciles que vivió: “Sufrí la discriminación y pasé por muchas situaciones. A muchos nos pasó que nos enfermamos el día anterior de dar una lección de lectura. Morirte de ganas de pedir una comida y quedarte con las ganas, por elegir siempre lo único que te salía decir. Toda la vida tomé dos gustos de helado porque pensaba que eran los únicos que me salían"

En ese sentido, aconsejó a los niños allí presentes: “Quiero transmitirles primero la aceptación. Somos como somos. Yo tartamudeo. Me trabo, pero voy a pedir y comer lo que quiero. El mozo tiene que esperar, el heladero tiene que esperar. La tartamudez no nos define. Somos personas que hacen muchas más cosas que esto. El silencio, el que te miren como algo raro, sentirte diferente, no ayuda”.

“Hasta ahí me enojaba mucho. Hice un clic, empecé a hacer algunas bromas yo mismo sobre mi tartamudez. Hoy puedo decirles que hay que romper con el silencio y la soledad, aceptarse y que las familias lo hablen”, concluyò. 
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