“Tengo la posibilidad de caminar con Bullrich en la Provincia hace un tiempo, hace unos días visitamos mi ciudad natal, Quilmes, me siento muy representada por ella, acompaño su valor, su compromiso y su coraje. La gente tiene un encanto cuando la ve frente a las decisiones que toma y cómo manifiesta, en caso de tener que tomar decisiones a nivel Nacional, cómo las va a trasladar”, sostuvo la senadora del PRO Lorena Petrovich, en una nota publicada por Política del Sur.
La nueva posición de la senadora provincial, deducen, se debe a dos factores. Uno tiene que ver con la dinámica del armado político del PRO en la provincia de Buenos Aires, más precisamente en la Tercera Sección Electoral, de la cuál el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, era su principal referente y ahora su influencia se opaca ante la oleada de dirigentes que quieren hacer pie en la Gobernación, desde Diego Santilli hasta Cristian Ritondo.
La otra tiene que ver con la estrategia de la legisladora de reforzar su carrera política. Es que fue denunciada por haberle pagado a una empleada domestica por casi cuatro años con un contrato de la Cámara Alta bonaerense.La legisladora le pagaba el sueldo "como dependiente del Senado de la provincia de Buenos Aires" cuando ella "nunca realizó tareas en dicho lugar".
Se trataba de Gisela Montini, de 40 años, quien explicó a Télam que desde hace cuatro años trabajaba en la casa particular de la senadora bonaerense de Juntos por el Cambio "cuidando a su hijo, a su madre y haciendo tareas de limpieza" aunque cobraba un sueldo del Senado de la provincia de Buenos Aires, institución a la que nunca concurrió. "Nunca fui a la Cámara de Senadores y mi tarea comenzó cuidando a su hijo", había relatado la mujer.
Con énfasis en las políticas de seguridad, Petrovich intenta darle grosor a su capital político de cara al 2023, en un escenario de idas y vueltas, y de confrontaciones del que no estan alejados los radicales, los monzoistas, los peronistas republicanos o federales, y hasta los libertarios.
