07.03.2024 / ECONOMÍA

La inflación en la CABA en febrero fue del 14,1%

El instituto estadístico porteño informó que en febrero la inflación fue del 14,1 por ciento en la Ciudad. Si bien hay una leve desaceleración, mantiene un bimestre récord, con una inflación minorista acumulada de 38,9 por ciento.





La reciente revelación del Instituto de Estadística de la Ciudad de Buenos Aires sobre la inflación de febrero, la cual se situó en un 14,1%, plantea un panorama preocupante que podría anticipar las tendencias a nivel nacional. El informe destaca que uno de los principales sectores afectados por este incremento fueron los alimentos y bebidas no alcohólicas.

Según los datos proporcionados, aunque se observa una leve desaceleración, se espera que en los próximos meses se intensifiquen las presiones inflacionarias, especialmente con los ajustes programados en tarifas de servicios, prepagas, educación y combustibles. Este último aspecto es particularmente relevante, ya que en los últimos dos meses se ha acumulado una inflación minorista récord del 38,9%.

Comparado con el mismo período del año anterior, el índice de precios minoristas ha experimentado un aumento alarmante del 264,5%, superando en 26 puntos la tasa interanual registrada en enero. Este fenómeno evidencia una aceleración significativa en la inflación, que se ha visto exacerbada desde diciembre por la devaluación impulsada por el Ministro de Economía, Luis Caputo, generando un aumento del 53% en el tipo de cambio y elevando la inflación a niveles no vistos desde febrero de 1991.

Los rubros que más incidieron en el aumento general del índice minorista en febrero, representando un 72,2% del mismo, incluyen alimentos y bebidas no alcohólicas, vivienda, agua, electricidad, gas, transporte, salud y servicios de comunicación. El aumento en los precios de automóviles, combustibles y lubricantes para vehículos de uso doméstico también contribuyeron significativamente a esta tendencia alcista.

Es importante resaltar que la desregulación de ciertos sectores ha generado un efecto paradójico, aumentando los precios de servicios esenciales como la medicina prepaga y el transporte público, así como también de tarifas residenciales de electricidad y combustibles para hogares. Estos incrementos han superado considerablemente la inflación interanual, alcanzando un aumento del 265,6% en comparación con el año anterior.

Este escenario refleja una realidad preocupante para los ciudadanos, quienes enfrentan una constante erosión del poder adquisitivo debido a la escalada inflacionaria. Los sectores más vulnerables de la sociedad se ven especialmente afectados por esta situación, evidenciando la necesidad urgente de políticas económicas que aborden de manera efectiva esta crisis.