Javier Milei consiguió que el Senado le votara las facultades delegadas tras un nuevo desempate de Victoria Villarruel y se vio beneficiado por la ausencia de los santacruceños. Natalia Gadano y José Carambia, que habían votado en contra de la ley en general minutos antes, se pararon de sus bancas en el momento de votar el primer título de la ley en particular.
Sin esos dos senadores, la votación terminó 35 a 35 y Villarruel desempató a favor del oficialismo. Es que fue definitorio el voto a favor del radical Pablo Blanco, que de esa manera se diferenció de sus compañeros Maxi Abad y Martín Lousteau y facilitó la aprobación.
El entorno del senador fueguino había -poco antes de la votación en general de la ley-, ya había expresado que cambiaría el sentido de su voto. En este sentido, argumentaron que la Casa Rosada había accedido a retirar Aerolíneas Argentinas, el Correo y RTA de la lista de empresas sujetas a privatización y la supresión de la moratoria previsional, dos de sus reclamos.
En la previa, se especulaba que la oposición consiguiera entre 37 y 38 voluntades para rechazar las facultades delegadas. Las modificaciones introducidas en la mañana y las que anunció a las 20 el libertario Bartolomé Abdala habrían condicionado la posición de los tres senadores.
