La tensión en el Hospital Garrahan escaló este viernes luego de que representantes de los gremios ATE y APyT tomaran oficinas administrativas en protesta por los descuentos aplicados a trabajadores que realizaron paros durante el último mes. Desde el Ejecutivo nacional, el vocero presidencial Manuel Adorni y el ministro de Salud, Mario Lugones, repudiaron la medida y la calificaron como un “accionar político”.
“Mientras el Garrahan mejora su infraestructura y reabre quirófanos, algunos gremios vuelven a politizar, usando la violencia y tomando oficinas por la fuerza”, afirmó Adorni en su cuenta de X. El funcionario aprovechó para cuestionar al gobernador Axel Kicillof al recordar que IOMA mantiene una deuda con el hospital de más de $6.300 millones. “Ya es hora de que la provincia se ponga al día”, señaló.
En la misma línea, Lugones advirtió que “no se va a permitir que la casta sindical ni los grupos violentos vuelvan a poner sus intereses por encima de los chicos”. Según explicó, los descuentos salariales responden a la política oficial de que “el que para no cobra”. “Quienes pararon nueve veces el último mes tuvieron descuentos, y es justo”, sostuvo.
El ministro - cuya gestión es polémica también por el escándalo del fentanilo - destacó además que la protesta coincidió con el anuncio de un aumento presupuestario de $20 mil millones para el hospital, decisión que, según dijo, demuestra que el reclamo “no tiene nada que ver con la defensa de los trabajadores, sino con la vieja práctica de usar al Garrahan como bandera política”. “Hoy cada peso se invierte en tecnología, equipamiento y en el equipo de salud. El Garrahan es de los chicos y sus familias, no de los que buscan mantener privilegios”, concluyó.