El gobierno de Javier Milei atraviesa una nueva tormenta interna. La salida de Guillermo Francos y Lisandro Catalán marcó un punto de inflexión en la estructura del gabinete, al tiempo que expuso el avance de Santiago Caputo, el asesor más influyente del Presidente. Detrás del reacomodamiento, asoma una pulseada silenciosa entre los espacios que responden a Caputo y los que orbitan en torno a Karina Milei.
De acuerdo a DataClave, el detonante fue la foto con los gobernadores, en la que los ministros Francos y Catalán quedaron relegados a un segundo plano. Aquella imagen, que debía mostrar fortaleza y consenso, terminó revelando desorden y malestar interno. “De los 20 gobernadores, a 12 los llamé yo y a 8 Guillermo”, se quejaba Catalán horas antes de su renuncia, convencido de que la maniobra había sido digitada por el entorno de Caputo. Esa misma noche, Francos también presentó su dimisión.
Con la salida de ambos, el asesor presidencial quedó como el principal articulador del poder libertario. En los despachos oficiales ya se habla de la creación de un “superministerio” bajo su órbita, que concentraría las áreas de Obras Públicas, Gobierno e Interior. El avance de Caputo, sin embargo, genera inquietud entre los dirigentes que responden a Karina Milei y a Martín Menem, quienes temen una centralización excesiva del poder.
Mientras tanto, en la Casa Rosada conviven dos estilos: el pragmatismo comunicacional de Karina Milei y el poder silencioso de Santiago Caputo. El equilibrio entre ambos marcará el rumbo del gobierno en los próximos meses, en un contexto donde cada movimiento interno tiene impacto directo en la estabilidad política del Presidente.