En busca de activar la agenda política y salir de la corrida monetaria, las renuncias y las protestas el Gobierno sacó a Mauricio Macri a anunciar un nuevo proyecto de ley de alquileres en búsqueda de recuperar parte del crédito perdido en los sectores medios.
Pero solo 14 días después en la Casa Rosada barajan la idea de marcha atrás y congelar el proyecto oficialista.
La principal preocupación que llevó al Presidente a poner un stand by en la iniciativa fue la noticia de que una inversión tasada en millones de dólares se frenó tras anoticiarse sobre los puntos que propone la nueva ley. Este panorama de incertidumbre pone un alto en el avance a la espera de llevar tranquilidad a las grandes empresas constructoras.
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Ante este panorama desde el Gobierno
analizan la posibilidad de premiar desde el punto de vista tributario el desarrollo de construcciones que tengan como destino el alquiler y aplicar tasas de impuestos reducidas para el blanqueo de los contratos de alquiler, tanto de vivienda como comerciales.
Entre las alternativas que trabajan se analiza la posibilidad de reducir a la mitad lo que se tributa por el impuesto a las Ganancias de los propietarios, es decir al 17,5%, para combatir la informalidad y, de paso, lograr mayor recaudación.
Otro punto clave que lleva a congelar parcialmente lo anunciado por el Presidente es una posible "lluvia de amparos" que caería por parte de las cámaras inmobiliarias.
El proyecto inicial cuenta con media sanción en el Senado desde hace dos años y fue presentado por Silvina García Larramburu,
ahora Cambiemos buscaba introducir cambios en Diputados. Un punto clave de la propuesta del oficialismo era que los aumentos de los alquileres surjan de un coeficiente entre inflación y variación salarial.
