Los legislativos norteamericanos y argentinos tuvieron un rol preponderante – en su diversa forma – a la hora de analizar normativas que puedan tener un impacto positivo para nuestro país durante en el marco de la segunda ola de coronavirus.
Por un lado, está la cuestión relativa al pedido de 70 congresistas demócratas quienes solicitaron que Argentina se desligue de sus obligaciones financieras en el corto plazo debido a la delicada situación del coronavirus.
El proyecto de resolución del Congreso norteamericano se puso en marcha a los efectos de exigirle al organismo internacional que suspenda el pago de los servicios de deuda de Argentina. Sin lugar a dudas, el rol de Sergio Massa – presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y hombre allegado a representantes norteamericanos en nuestro país – fue importante.
La iniciativa propone que el director de los Estados Unidos en el FMI vote a favor de emitir al menos 3.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG). Habrá que esperar si dicha iniciativa tiene lugar. De dar lugar a esto, el tigrense se anotaría un punto muy importante en la renegociación de la deuda y un lugar más que determinante dentro de la coalición gobernante.
Mientras, acá en el Congreso, la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado dio dictamen de mayoría al proyecto de Declaración que le pide al Ministerio de Economía que los fondos que desembolsaría el FMI por a través del DEG, "se apliquen a financiar políticas tendientes a resolver los graves problemas derivados de la pandemia".
La iniciativa de Oscar Parrilli contó con la firma de los senadores José Mayans, Anabel Fernández Sagasti, Carlos Caserio, María de los Ángeles Sacnun, Alfredo Luenzo, José Neder y Jorge Taiana.
