El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a tensar la cuerda de la política migratoria con una serie de anuncios que profundizaron el sesgo xenófobo de su segundo mandato. El mandatario aseguró que “suspenderá permanentemente la migración desde todos los países del Tercer Mundo”, una expresión obsoleta y ofensiva que utilizó en su red social, Truth, horas después de que un ciudadano afgano atacara a tiros a dos integrantes de la Guardia Nacional en Washington DC.
Trump sostuvo que la medida busca “permitir que el sistema estadounidense se recupere por completo” y la enmarcó dentro de lo que presentó como una cruzada contra quienes, según él, no aportan al país. En ese sentido, prometió “eliminar a cualquiera que no sea un activo neto para los Estados Unidos” y “poner fin a todos los beneficios y subsidios federales para los no ciudadanos”, además de impulsar la desnaturalización de inmigrantes y la deportación de extranjeros considerados “una carga pública” o un supuesto riesgo para la seguridad.
El mandatario también volvió a cargar contra las políticas de su antecesor, Joe Biden, y amenazó con revocar “millones” de visados otorgados durante esa gestión. La ofensiva incluye los programas especiales para afganos que colaboraron con Estados Unidos durante su intervención militar en Afganistán, un gesto que reavivó críticas por su carácter revanchista y por desentenderse de compromisos asumidos por el propio país norteamericano.
El mensaje, que concluía deseando un irónico “feliz Día de Acción de Gracias”, escaló aún más tras la confirmación de la muerte de Sarah Beckstrom, una joven soldado de la Guardia Nacional de Virginia Occidental que había sido atacada la víspera. Las autoridades calificaron el hecho como una “emboscada” contra efectivos desplegados en Washington y otras ciudades gobernadas por demócratas, en el marco del polémico operativo con el que Trump afirma combatir la “delincuencia violenta y desenfrenada”.
Como parte de esa narrativa, el mandatario buscó vincular el ataque con sus propios despliegues militares en zonas urbanas: “Quizás este hombre estaba molesto porque no podía cometer delitos”, sugirió, reforzando un discurso que aviva la confrontación política y alimenta tensiones sociales en un país atravesado por debates profundos sobre seguridad, integración y derechos humanos.