
La canasta básica de alimentos del hogar se ubicó en junio en 7840 pesos, con un incremento de 4,9 por ciento y un alza del 18 por ciento en lo que va del año.
En los últimos 12 meses, el avance de esta canasta, que se emplea para calcular la línea de indigencia, fue del 29,7 por ciento.
Los aumentos fueron superiores respecto de la inflación e indican que los sectores más vulnerables de la población, que destinan la mayor parte de sus ingresos a la compra de alimentos de consumo masivo, fueron el sector más afectado por la devaluación y el traslado a los precios. En mayo esta canasta ya se había disparado con otra suba del 4,8 por ciento.
En ese sentido, los precios de la canasta que fijan la línea de indigencia treparon 4,9 por ciento en junio y 4,8 por ciento en mayo. Además, la línea de pobreza subió 4,1, también más que el IPC. En esa línea,
la canasta básica de alimentos acumuló una suba del 32,3 por ciento en el último año.
Por otra parte, la inflación minorista se aceleró en los últimos meses, debido a las fuertes tensiones cambiaras y de credibilidad que enfrenta la economía. El IPC nacional trepó 3,7 por ciento en junio, 16 por ciento en los primeros seis meses y 29,5 por ciento en la comparación interanual.