Los capítulos del papelón del gobierno nacional en la búsqueda del
ARA San Juan parecen no acabar nunca. Es que después de demorar por cuestiones burocráticas la rúbrica del contrato con Ocean Infinity,
hoy la empresa anunció que suspendía las tareas hasta febrero, pero por la repercusión provocada por la negativa noticia y la tardía reacción del Ejecutivo, la compañía norteamericana dio marcha atrás y se comprometió a cumplir con los 60 días efectivos de operaciones que figuran en los términos de la licitación.
En la mañana, la empresa les informó a los familiares que participan de la búsqueda del submarino, a la Armada y al Ministerio de Defensa que interrumpiría el trabajo hasta el año que viene, a pesar de que
sólo se cumplió con 40 de los 60 días acordados.
La decisión, insólitamente desconocida de antemano por el Gobierno que reveló Infobae, generó una reacción demorada del Ejecutivo a través del Ministerio de Defensa, que advirtió a las autoridades de la compañía las consecuencias jurídicas que acarrearía el incumplimiento de los términos de la licitación.
Los términos originales del contrato comprenden 60 días de operación efectiva, de los que hasta ahora se cumplieron 40.
Tras las idas y vueltas, la compañía se comprometió a cumplir con lo que había firmado, pero aseguran que es improbable que Ocean Infinity acepte prorrogar la búsqueda, cuestión que se había empezado negociar.
"La Armada Argentina, dependiente del Ministerio de Defensa, en el marco de las operaciones de búsqueda del Submarino ARA San Juan informa que ante la solicitud de la empresa Ocean Infinity de suspender transitoriamente las operaciones, ha coordinado con la misma la continuidad de la búsqueda en cumplimiento del contrato vigente", dijo la Armada a través de un comunicado.
Según versiones periodísticas,
Ocean Infinity recibió una oferta de trabajo desde Brasil que incluía un pago en efectivo, al contrario del acuerdo que tiene en la Argentina. El compromiso con el gobierno de Mauricio Macri implica que cobrarán 7,5 millones de dólares sólo si encuentran el submarino. Hasta ahora, las tareas realizadas fueron infructuosas y no hay rastros de qué pudo haber pasado con el buque militar que desapareció el 15 de noviembre de 2017.
El ARA San Juan mantuvo su última comunicación se día, cuando informó que tuvieron un problema en la cámara de baterías por el ingreso de agua a la zona. Los micrófonos hidroacústicos de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares determinaron que el 15 de noviembre se registró un implosión en la zona donde se comunicó por última vez el submarino.
