Algunos diputados eligen el camino fácil. Aquel sin atajos como el de felicitar un "triunfo" sin mencionar que éste guarda relación con una problemática que es consecuencia de su propio Gobierno. Este sendero le cabe al oficialista Facundo Garreton quien se dio el tupe de celebrar el hecho de que una científica haya acudido a un prime-time televiso para poder continuar con su investigación, un proyecto que tiene el objetivo de, nada más y nada menos, desarrollar una cura contra el cáncer.
En este marco, el diputado de Unidad Ciudadana y ex presidente del Conicet, Roberto Salvarezza, lamentó que cientificos y cientificas como la biologa Marina Simiam no puedan contar con el financiamiento correspondiente para sus proyectos.
“Estoy con una tristeza e indignación muy grandes por la desjerarquización de la ciencia a la que ha llevado el gobierno de Mauricio Macri”, expresó en diálogo con Política Argentina.
“Que una científica tenga que ir a un concurso de TV para poder conseguir 500 mil pesos y tratar de pagar los insumos necesarios para continuar una investigación sobre el cáncer indica y muestra la real situación a la que ha llevado el gobierno nacional en el sector de Ciencia y Tecnología”, recalcó categóricamente.
Según detalló, en 2015 la inversión en el área correspondía a un 0,65% por ciento del PBI (que en ese año era de aproximadamente 600 mil millones de dólares). “Hoy estamos en menos del 0,5% con un PBI aun menor (498.500 millones de dólares)”, subrayó Salvarezza al explicar que “esto representa 800 millones de dólares menos” para el sector.
El recorte se nota en situaciones que se viven dentro de cada instituto científico. A los salarios muy bajos de los investigadores argentinos, que están ganando menos que sus vecinos chilenos y uruguayos, se suman becas que están en la línea de la pobreza. “Hoy no alcanza para investigar, hay que salir a buscar plata en otro lado o parar los proyectos”, lamentó.
Salvarezza señaló que “el clima de incertidumbre y deserción está presente en la comunidad científica y los más jóvenes, los que tienen la oportunidad de irse” son los que forman parte de la importante fuga de cerebros.
“Este año, 2.000 científicos no pudieron entrar en el Conicet (entraron solamente 450) y no hay lugar para ubicarlos ni siquiera en el sector privado porque está en crisis”, lamentó.
Para Salvarezza lo que se está viviendo en el sector es producto de las políticas neoliberales. “Lamentablemente se dan todos estos elementos para que la gente no tenga perspectiva de hacer ciencia en Argentina”, concluyó.
