11.05.2019 / Ataque en el Congreso

Caso Yadón-Olivares: el fantasma de la crisis institucional como estrategia política

Funcionarios del gobierno como Patricia Bullrich y referentes del peronismo como Miguel Pichetto, intentaron desde el primer momento presentar el ataque contra Miguel Yadón y el diputado Héctor Olivares como “un crimen contra la democracia”, sin ningún tipo de rectificación posterior, una vez conocido el móvil del caso policial más resonante de los últimos días.




La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, a horas de ocurrido el homicidio de Miguel Yadón, se refirió a los hechos como "la constatación de las mafias que trabajan en nuestro". Casi en cadena nacional, difundió las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad donde se veía el siniestro; sin ningún resguardo por la investigación y con nulo respeto hacia las familias de las víctimas.
Sin embargo, 24 horas después fue la misma Patricia Bullrrich quien tuvo que desmentir la versión oficial inicialmente difundida para trasladarla a un caso de violencia de género dentro de la “mafia de gitanos”, como ahora buscan instalar.

Por su parte, el senador nacional Miguel Ángel Pichetto, presidente del bloque Justicialista, afirmó que “Argentina vuelve a bailar con los fantasmas de sus horas oscuras”, aludiendo a una supuesta vuelta de la violencia política en el país.



En el mismo sentido se expresó durante las primeras horas de ocurrido el hecho Marcelo D'Alessandro, titular de la Secretaría de Justicia y Seguridad porteña: “Fueron directamente a matarlo. Es un atentado, un hecho mafioso. Fueron a ejecutarlo“, remarcó.

Diego Santilli, vicejefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien luego de que en conferencia de prensa la ministra Bullrich descartara rotundamente la "hipótesis de carácter político”, insistió en la hipótesis originaria. En declaraciones radiales del día viernes 10 por la tarde remarcó: "Que hayan disparado contra un diputado nacional es de alguna manera un atentado contra la democracia".


  De este modo, las principales figuras del gobierno y sus aliados estratégicos realizaron declaraciones para provocar caos y temor. Ejemplo de ello es la vocera de Cambiemos Elisa “Lilita” Carrió que con premura calificó al hecho como un “atentado”. Asimismo, el histórico dirigente radical Ricardo Rodolfo Gil Lavedra​ sostuvo al respecto que "el ataque mafioso que sufrió es gravísimo y preocupante”.


(R)Así, el gobierno nacional y algunos de sus aliados buscaron averiar la estabilidad de la democracia, analizando apresurada e irresponsablemente un homicidio ocurrido en la vía pública, en las inmediaciones del Congreso. Ese mismo día, la Ciudad de Buenos Aires fue convertida en un caos donde circular se hacía imposible y las amenazas de bomba provocaron el corte del servicio de trenes y de la línea C de subterráneos.(R)

Por más que luego desmintieran la primera versión oficial, el daño ya estaba hecho. La incertidumbre y el pánico habían calado hondo en el imaginario colectivo.

Pareciera que, una vez más, la estrategia del gobierno de Mauricio Macri es instalar el temor ante una posible crisis institucional, reeditando el paralelismo con otros países de la región como Venezuela o Colombia, utilizando un crimen que en pocas horas pudo conocerse que nada tenía que ver con la política ni se constituía como un ataque a la democracia.