Los equipos técnicos del Gobierno Nacional se encuentran en Washington para darle forma al preacuerdo con el Staff del Fondo Monetario Internacional, se esperan días de mucho debate y trabajo arduo para acercar a ambas partes y
comenzar a cerrar el nuevo programa de Facilidades Extendidas que permitirá refinanciar la deuda de 45 mil millones de dólares que le dieron al expresidente Mauricio Macri por una definición política -confirmada por Mauricio Claver Carone, el actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- del propio organismo.
Para la delegación de funcionarios liderada por Sergio Chodos -el representante por Argentina y el Cono Sur en el directorio del organismo-,
será una semana clave de cara a la elaboración del programa económico plurianual, que el Gobierno enviará al Congreso según adelantó Alberto Fernández el 14 de noviembre cuando cerraron los comicios legislativos. Desde el ejecutivo adelantaron que
los debates que se sostengan en las reuniones se manejarán con suma discreción, ya que implicará una intensa discusión, planillas en mano, entre posiciones distantes en algunos puntos.
A pesar de que se comenta que hay avances en la negociación,
las proyecciones elaboradas por el Ministro de Economía, Martín Guzmán, todavía no cuentan con el aval de una burocracia del Fondo que insiste con los recortes y el ajuste. En este sentido el viernes por la tarde, en la previa de la llegada de la comitiva,
la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, le dijo a Reuters que “todavía queda mucho por hacer” de cara al acuerdo. Sin embargo en el Gobierno destacan que las charlas están más encaminadas y algunos funcionarios del gabinete económico consideran importante no dilatar el último tramo de negociación ante las presiones cambiarias y financieras.
Ambas partes destacan que, tras las elecciones, el diálogo se aceleró y la posibilidad de un entendimiento es hoy más palpable.
Por el lado del gobierno, la perspectiva más ambiciosa es sellar el acuerdo técnico antes de que termine diciembre para depués girarlo para su tratamiento en el Congreso Nacional y, una vez superada esa instancia, en el Directorio del Fondo, donde la decisión política de las principales potencias, principalmente Estados Unidos, el único país con capacidad de veto en las definiciones especiales del organismo.
Además de Chodos, integran la comitiva que arribó el domingo por la mañana a la capital estadounidense: el viceministro de Economía, Fernando Morra; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi; el vicepresidente segundo del BCRA, Jorge Carrera; y el subgerente de Investigaciones del Central, Germán Feldman.
No serán ellos quienes firmen un eventual entendimiento ya que esa responsabilidad compete a Guzmán y al presidente de la autoridad monetaria, Miguel Pesce, quienes no viajaron a Washington.
La principales diferencias hoy en día en torno al preacuerdo son el sendero fiscal y el plan de financiamiento para 2022 que presentó el titular de la cartera de economía que se quedó en Argentina,
es decir el ritmo de reactivación de la economía en los próximos años y con eso el de recuperación de reservas y el modo en que se buscará reducir la brecha cambiaria. Está será la base de los intercambios de esta semana en Washington con Julie Kozack y Luis Cubeddu, los funcionarios del FMI a cargo de la negociación con el Poder Ejecutivo.
En cuanto al plano fiscal y el financiamiento,
Guzmán plantea un déficit primario del 3,3% del PBI para el año próximo, como se incluyó en el proyecto de Presupuesto 2022 pero el Fondo busca un ajuste más acelerado y fuentes oficiales manifestaron que la discrepancia mayor pasa por cómo financiar un rojo de esas dimensiones. La previsión de Economía era conseguir 2% del producto vía deuda en pesos, 1,1% vía organismos multilaterales y pedirle 1,8% al BCRA, este último número es rechazado por el organismo, que pide una baja más rápida de la emisión monetaria.
Otro de los puntos más importates que se van a discutir esta semana es el control de cambios, o más precisamente el valor del dólar oficial, porque
desde el FMI consideran que la brecha mayor al 100 por ciento que existe en la actualidad entre el dólar mayorista y las cotizaciones paralelas, es un factor que atenta contra la acumulación de reservas internacionales, fundamentales para que el FMI se asegure el re pago de la deuda.
El Gobierno advirtió que no acortará ese margen devaluando la moneda nacional ya que implicaría, según algunas consultoras, entre un 4 y un 5% de nuevos pobres en el país.
El Ministro de Economía señaló el miércoles pasado en la reunión que tuvo con la dirigencia de la CGT que no habría ajuste ni políticas contra el poder adquisitivo de los trabajadores y, a su vez, resaltó que tampoco está en discusión una reforma laboral a pesar de que es un anhelo del FMI. También comentó que se negocia un período de gracia hasta 2026, en línea con la ventana máxima de cuatro años y medio que ofrece esta línea de crédito del Fondo.
El plazo máximo para el repago es de 10 años aunque la Argentina está pidiendo que se acepte llevarlo a 20.
Mientras tanto,
Alberto Fernández le solictó, nuevamente, al organismo que hiciera su evaluación del fallido programa Stand By que firmó Macri en 2018 antes de sellar el nuevo acuerdo, a lo que el
desde Fondo señalaron que el informe de revisión del staff será tratado por el Directorio en la semana del 20 de diciembre.
El Presidente de la Nación, luego de la visita del Ministro a la Central Obrera y su paso por una actividad de la UIA, se reunirá hoy a la tarde con los Movimientos Sociales para hablar sobre los avances y las discusiones que se vienen dando con el FMI en la Casa Rosada.
