“Quiero convocar a esta Argentina unida a desplegar una nueva mirada de humanidad, que reconstruya los vínculos esenciales entre cada uno de nosotros”, esta fue una de las expresiones que el flamante presidente de la Nación Alberto Fernández emitió frente a la Asamblea Legislativa en aquel martes soleado de diciembre.
El presidente elegido con el 48% de los votos venia de la mano de la ilusión de millones de argentinos que habían padecido, lo que después el oficialismo denominó, la pandemia amarilla. El mensaje de Alberto se supeditaba a unir a los argentinos, superar la grieta.
“Estoy seguro de que todos vamos a coincidir en que hemos llegado a esta situación porque se han aplicado muy malas políticas económicas, esa serie de decisiones económicas fueron determinantes para que el pueblo argentino en su mayoría las descalificara en las últimas elecciones”, expresó el flamante jefe de Estado.
Lo cierto es que 21 días después se daba el primer caso de COVID en Wuhan y tres meses después la Argentina se veía envuelta en la pandemia más grande de la historia.
La imagen del presidente se vio encendida por la positividad del consenso y la unidad. La foto con el gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta le daba combustible a una administración que se veía frente a este gran desafío histórico: gestionar la pandemia.
La luna de miel con la oposición tuvo su cenit en la discusión relativa a la coparticipación, devenida de un conflicto del mandatario bonaerense con sus fuerzas de seguridad. Poco a poco, las alas de Juntos por el Cambio devenían en palomas y halcones. La responsabilidad de gestión, el rol legislativo y los posicionamientos partidarios propiciaban fluctuaciones y personalidades. Las relaciones de fuerza estaban a la vista.
Las medidas del gobierno nacional para afrontar la pandemia tuvieron como eje central el fortalecimiento del sistema sanitario y la contención del aparato productivo. Desde hospitales de campaña a pymes subsidiadas, Fernández ponderaba “la vida por sobre la economía”.
¿Qué hubiera pasado si en la elección de 2019 hubiese ganado Macri? Se preguntaban propios y ajenos al Frente de Todos.
“Guiándome por hechos objetivos, con Macri no caíamos a razón de 40 Pymes por día. Sufrimos una recesión tremenda, una tasa de interés muy grande junto con el nivel de tarifas y la presión tributaria. Cuando íbamos y le mostrábamos esto a los funcionarios macristas, la respuesta que encontrábamos era que eso era el camino”, sostuvo a
Política Argentina, el presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y referente del Frente Renovador,
José Ignacio de Mendiguren.
“Si la política hubiera sido la de Cambiemos, el tema hubiera sido no asistir y dejar que se caiga lo que se tenía que caer”, agregó el ex titular de la Unión Industrial.
La clave fueron las grandes urbes, los conurbanos de todo el país. Fue el tiempo donde muchos conocieron el término AMBA. La región metropolitana de Buenos Aires comenzaba a ser una caldera abierta a la expansión del COVID. Los intendentes expresaban su preocupación. El primer mostrador de gobierno, la primera trinchera.
En diálogo con
Política Argentina, el intendente de Ensenada,
Mario Secco, enfatizó:
“El Presidente se hizo cargo de la pandemia”.
“No es que nos dejó a la deriva a ver como zafábamos. Si hay algo que tuvo Alberto Fernández en estos dos años de pandemia es que se hizo cargo, se puso al frente y nos dio muchas herramientas. A los oficialistas y a los que no lo son también”, declaró.
El jefe comunal de Ensenada aseguró que Fernández le metió mucha fuerza a que ningún jefe comunal del país no le faltará nada.
“Los intendentes hicimos hospitales, centros de salud, vacunatorios y duplicamos los médicos y enfermeras. A nosotros nos dio todo lo que le pedimos. Desde camas a respiradores que nosotros no lo podíamos haber comprado sino fuese a través de la intervención del Presidente”, remarcó.
También se refirió a ese escenario el ex gobernador de San Juan, ex titular del PJ nacional y diputado nacional del FDT José Luis Gioja:
“Nos tocó lo peor y todos los esfuerzos del Gobierno estuvieron volcamos a combatir la pandemia del coronavirus”.
EL DESAFÍO DE SUPERAR LA PANDEMIA
Más allá de las políticas públicas emprendidas para contener el impacto negativo de la pandemia, las PASO dejaron un fuerte mensaje al gobierno de
Alberto Fernández. La gente se vio ofuscada en sus bolsillos. La necesidad de crecimiento y distribución estuvieron a la orden del día.
Dicha situación propició a fortalecer el gasto público y propiciar un gran acuerdo con la oposición y todas las organizaciones de la sociedad civil y la producción.
“Como industrial soy de formación desarrollista y para mí no es posible salir de ninguna crisis si no se crece. Si uno no crece, el resto es abanicar un cadáver. Tuve la experiencia del 2002. Entonces cuando agarramos la Argentina tras la crisis del macrismo y con la pandemia, vivimos lo mismo que en 2002. No hay manual para las crisis”, remarcó De Mendiguren.
El ex industrial allegado a
Sergio Massa insistió en que “cuando estalló la pandemia, la decisión política de Alberto Fernández fue clara”.
“Tenemos que rescatar el aparato reproductivo porque si se nos cae, no salimos más. Teníamos claridad absoluta de las medidas porque día a día uno venía viendo lo que pasaba”, señaló.
Detalló que “hubo que salir de forma inmediata a rescatar a la salud, a rescatar a los monotributistas, a rescatar a los autónomos y a 9 millones de personas que no tenían nada”. “A rescatar a las pymes, hasta nos ayudaron a pagar los sueldos. Todo esto fue hecho sobre la marcha”, sostuvo.
DEL DIÁLOGO Y LAS EXPECTATIVAS
Para Gioja, “lo más importante de todo es que se pudo superar el tema más complicado del mundo: la pandemia. Y hay que remarcar que Argentina no tuvo solo una pandemia sino dos y la hemos podido superar".
"Esto nos permite ser muy optimistas, con fundamentos porque los números de crecimiento de la economía nos dan más de lo que previmos. Esto nos da mucha confianza y esperanza, y con un poquito de diálogo y soluciones vamos a poder saldar los temas pendientes”, remarcó el ex gobernador sanjuanino y ex presidente del PJ al apuntar contra Macri.
En este marco, la palabra “diálogo” empieza a tener una mayor consonancia.
“Los que tienen responsabilidades de gobernar tienen la misión de no pensar en otra cosa que no sea la de llevar soluciones a quienes gobiernan. Las soluciones pasan por diálogos y acuerdos, y estoy seguro que éste se va a recuperar y vamos a poner de pie a la Argentina”, sostuvo Gioja.
Para Rodolfo Tailhade, dicho consenso se tornará difícil con Juntos por el Cambio, acaecido en su propias internas, pero envalentonado por su triunfo en las elecciones legislativas. Por eso, el diputado kirchnerista apela definitivamente a la gestión del Frente de Todos, a profundizar la impronta nacional y popular por sobre la contrafuerza que pueda ponderar la derecha macrista.
“Mis expectativas están más puestas en la gestión de Gobierno que en el Congreso. Estos dos años que tiene el Gobierno por delante es indispensable que cumplamos con el programa electoral. Claramente la derrota del 14 de noviembre obedeció a que más allá de que la sociedad pueda haber tenido una mirada positiva del tratamiento de la pandemia o de la campaña de vacunación, lo cierto es que la sociedad le dijo al Gobierno que no había mejorado la calidad de vida de la sociedad desde Macri. Por lo tanto, mi expectativa está en la gestión del Ejecutivo. Hay mucho para hacer y de eso dependerá el resultado del 2023”, señaló.
Y señaló:
“En el Congreso, la paridad que hay va a tornar difícil el trabajo parlamentario porque la oposición se mostró inflexible y mucho más lo va a hacer ahora tras su éxito electoral. No veo una actitud en ellos que permita deslumbrar un proceso parlamentario de mucho trabajo”.