La ministra de Seguridadad, Patricia Bullrich, eligió la red social X para lanzar un misil directo a Victoria Villarruel. “Levántese, Sra. Vicepresidente. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo destructor. Al menos siga del lado del pueblo que la votó para cambiar este país”, escribió la funcionaria cuando la oposición llevaba adelante la sesión especial con 42 senadores en el recinto.
La ministra fue más allá y acusó a los bloques peronistas de planear “un golpe institucional en el Senado” para “arrebatarle el poder a la Presidencia” y “agujerear los éxitos económicos del gobierno”. Con ese mensaje, Bullrich presionó a Villarruel para que interrumpa el debate sobre aumentos a jubilados, moratoria previsional y emergencia en discapacidad, proyectos que el Ejecutivo considera “un bombazo fiscal”.
La reacción de Bullrich expuso la fractura dentro de La Libertad Avanza: mientras el oficialismo denuncia falta de quórum reglamentario, la titular del Senado permite el desarrollo de la sesión en medio de gritos y chicanas. La ofensiva digital de la ministra se interpreta como un intento de alinear a la vicepresidenta con la estrategia de confrontación total que impulsa Javier Milei.
En el recinto, la oposición se aferró a la legalidad de la convocatoria y avanzó con el tratamiento del temario, blindada por el respaldo de gobernadores y aliados dialoguistas. Del otro lado, el oficialismo se atrincheró en un discurso que mezcla advertencias sobre déficit cero y denuncias de “corporación política abyecta”, pero no logró desactivar la mayoría circunstancial.
El cruce público entre Bullrich y Villarruel deja al desnudo las fisuras de un gobierno que, en pleno conflicto parlamentario, se dispara a los pies y exhibe su dependencia de una alianza frágil, a horas del anuncio relativo al Frente La Libertad Avanza.