
El encuentro ocurrió en uno de los lugares más concurridos de la localidad de Martínez, ubicado en la intersección de Libertador y Pueyrredón: el tradicional restaurante Pepino, un clásico de la zona Norte.
El ex presidente Mauricio Macri y el titular de la Unión Cívica Radical (UCR) y gobernador de Jujuy Gerardo Morales, se reunieron este jueves en San Isidro, pocas horas después de que el Poder Ejecutivo enviara al Congreso de la Nación el proyecto de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la renegociación de la deuda contraída justamente durante la administración de Cambiemos.
"Gerardo viajó especialmente para reunirse con Mauricio, el objetivo es ponernos de acuerdo en la necesidad de darle viabilidad al entendimiento con el Fondo y estuvieron tratando de acercar posiciones", sostuvo un dirigente cercano al líder del radicalismo. Al ser consultado sobre la posibilidad de que el gobernador jujeño pueda cambiar su posición ya expresada públicamente de apoyo al acuerdo, la fuente fue categórica: "de ninguna manera", afirmó.
Además Mauricio Macri mantuvo un encuentro con el embajador de EEUU en Argentina, Marc R. Stanley, quien el 24 de enero presentó sus credenciales de embajador de Estados Unidos en Argentina ante Fernández, apenas horas después de que el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional anunciaran el cierre del acuerdo. Durante la reunión, dialogaron sobre el futuro de la región en la pospandemia y la invasión de EEUU a Ucrania. "Hoy me reuní con el nuevo embajador de Estados Unidos, Marc R. Stanley. Conversamos sobre la preocupante situación mundial a propósito de la invasión de Rusia a Ucrania. También, sobre el futuro de la Argentina y de los países de la región", dijo el exmandatario en sus redes sociales.
ENCUENTRO PRIVADO
En tanto el sábado pasado el líder del PRO mantuvo un encuentro reservado con los legisladores y economistas Martín Lousteau, Luciano Laspina y Martín Tetaz con el objetivo de convencerlos para que "torpedeen" el entendimiento propuesto por el gobierno nacional con la entidad crediticia. La convocatoria no fue casual: ocurrió en las horas previas al discurso del presidente en la Asamblea Legislativa. Y los invitados tampoco. El PRO busca seducir a la línea radical que se escindió del bloque que conduce Mario Negri.
La línea dura del partido “republicano” apuesta internamente a sembrar dudas sobre la aprobación del entendimiento que el Poder Ejecutivo envió este jueves al Congreso.
Un sector del radicalismo y el espacio que conduce Elisa Carrió sospechan que hay sectores de la coalición opositora que apuestan a repetir lo que sucedió con el Presupuesto 2022. Desde Juntos por el Cambio insisten con que la ley tenga diferenciados el artículo con la autorización del Congreso al Poder Ejecutivo para negociar la deuda, de el o los artículos que remiten a los anexos que explican el Programa de Gobierno para lograr las metas del Acuerdo y que son potestades del Poder Ejecutivo.
Si se modifica esto, crecen las chances de que JXC apoye en general, aunque hay sectores duros del Pro que igual quieren votar en contra. "Podrían no votar únicamente los anexos, sin hacer caer la ley", afirmaron.
MACRI SE METE EN LA DISCUSIÓN
El gobernador de Jujuy encarna a quienes comparten la necesidad de aprobar el entendimiento "cuanto antes" para encauzar el rumbo de una economía "que se ha visto condicionada por la deuda contraída por nuestro gobierno", confió a este portal un dirigente del radicalismo con representación parlamentaria. Del otro lado se encuentra Macri, que intenta traccionar voluntades y masa crítica para evitar que Alberto Fernández obtenga la aprobación parlamentaria del entendimiento con el Fondo.
El que juega un papel preponderante en este tironeo es Laspina, que es el referente económico más cercano al ex presidente y quien está operando dentro de la cámara para convencer a los propios de no levantar la mano a favor del acuerdo. El argumento de Laspina es que se trata de "una bomba de tiempo que le deja toda la responsabilidad al próximo gobierno y que no ajusta como debiera los números del gasto público". Sin embargo, desde el mismo sector admiten que
"es necesario consensuar una postura conjunta para evitar llegar fragmentados al debate y la posterior votación".