El diputado nacional de Juntos por el Cambio Alejandro Cacace presentó hoy el primer proyecto de ley en el Congreso para dolarizar oficialmente la economía de la Argentina, anticipándose así a las repetitivas ideas de Javier Milei en medios al respecto.
El integrante del bloque Evolución radical, el espacio radical de
Martín Lousteau, Rodrigo de Loredo y otros legisladores dentro de JXC, propuso "llevar a cabo un proceso de dolarización oficial que tiene como objetivo principal estabilizar la economía y solucionar el problema de la alta inflación que afecta a nuestro país desde hace décadas”.
“En los últimos 40 años hemos sufrido 17 crisis económicas. Somos una de las economías con mayor suba sostenida y generalizada de precios en el último siglo. En nuestro país hay una dolarización espontánea. La gente no confía en la moneda y elige desprenderse de los pesos e ir hacia el dólar. Los planes de estabilización no han logrado solucionar estos problemas, por eso proponemos la dolarización”, asegura Cacace en los fundamentos del proyecto.
Según su mirada,
"uno de los mayores beneficios de dolarizar sería el desarrollo del crédito, el cual en Argentina es de los menores de la región", a lo que añade que "tener una moneda dura y valorada por los argentinos como reserva de valor permitirá profundizar el crédito en el largo plazo, con lo que esto significa potencialmente para el crecimiento de nuestra economía”.
En concreto, el proyecto, el primero de este tipo, plantea adoptar unilateralmente como moneda de curso legal en la Argentina el dólar estadounidense, que en un plazo de 180 días deberá reemplazar al peso, y le prohíbe emitir pesos al Banco Central desde la entrada en vigencia de la ley.
“Todas las operaciones financieras, tales como depósitos bancarios, créditos, emisión de títulos valores y cualesquiera otras realizadas por medio del sistema financiero, así como los registros contables del sistema financiero, se expresarán en dólares de los Estados Unidos de América. Las operaciones o transacciones del Sistema Financiero que se hayan realizado o pactado en Pesos con anterioridad a la vigencia de esta ley, se expresarán en dólares de los Estados Unidos de América al tipo de cambio establecido de acuerdo a lo dispuesto en esta ley”, expresa el artículo 5 del proyecto.
Según Cacace, en el caso de Ecuador, país que dolarizó su economía en el año 2000, "los primeros beneficios de la dolarización se evidenciaron a partir de la implementación de este esquema monetario, pues el mismo posibilitó que todos los ecuatorianos tuvieran acceso a una moneda dura, la cual permitió mantener su poder adquisitivo, a diferencia de lo que ocurría cuando el país tenía moneda propia”.
"Para concluir, los atajos forman parte de la cultura argentina. Lamentablemente las crisis económicas recurrentes, la falta de una moneda creíble, el descontrol monetario e inflacionario, la falta de reglas claras, el desorden fiscal, nos han llevado a tener una dinámica operativa de inversión donde ´sálvese quien pueda` ha sido el modo de operar y donde los atajos han sido los mejores aliados de esta decadencia", dice el legislador.
Y concluye: "A pesar de ello, si queremos transformar la economía argentina no podemos pensar más en atajos y tenemos que empezar a pensar en políticas de Estado que trasciendan en el tiempo. La dolarización será la primera de un cambio de paradigma económico".
LAS TRES ETAPAS
Siguiendo a un economista llamado Jorge Avila, de la Universidad del CEMA, Cacace dice que el proceso podría dividirse en tres etapas:
- Conversión de pasivos del BCRA. Por un lado, Romano (2021), siguiendo a Hanke & Schuler (1999b) señala que consiste en reemplazar la Base Monetaria (M0) por dólares. Por otro lado, Avila (2018; p. 5) plantea que la conversión debe comprender no solo los pasivos monetarios del BCRA (Base Monetaria), sino también los no monetarios, que abarca a las letras y notas en pesos emitidas por el Banco Central. De acuerdo a Avila, el tipo de cambio de conversión sería igual al cociente entre los pasivos mencionados y las reservas internacionales. El economista del CEMA afirma que con una conversión plena de los pasivos monetarios y no monetarios del BCRA, “la tasa de interés de corto plazo en pesos caería al nivel de la tasa de bono americano a tres meses más la tasa esperada de devaluación del peso (...) difícilmente se observaría una corrida cambiaria (y) a su vez, la tasa de inflación iniciaría un camino descendente hasta desaparecer en unos tres años. Entonces, el tipo de cambio de conversión, de tal modo que permita con las reservas en poder del Banco Central hacer frente a estos pasivos sería igual al cociente entre los pasivos mencionados y las reservas internacionales".
- Para comenzar con la recuperación económica, además, es necesario un precio fijo del dólar por un futuro indefinido. Para ello, hay que procurar que la dolarización sea muy difícil de revertir, ya que de esa forma desaparecerían las expectativas de devaluación y bajaría la tasa de interés de corto plazo a niveles de la de bono de Estados Unidos a tres meses. Todo esto debería llevarse a cabo en un plazo corto, de seis meses, donde se conviertan los depósitos bancarios y las letras del Banco Central a dólares al tipo de cambio de conversión, ofreciendole al público que entregue el circulante al mismo tipo de cambio. Debería procurarse importar la cantidad de billetes necesarios para hacerlo.
- Solucionar la potencial pérdida de competitividad. Avila (2018; p. 9-10) plantea dos opciones para solucionar una eventual pérdida de competitividad. Una es una mayor apertura comercial, que implica suscribir acuerdos de libre comercio con las potencias, afirmando que así serían más difíciles de ser revocables, generando un clima de previsibilidad y confianza. “En particular, sube el precio del sector exportable y por esta via promueve la reasignacion de capital, trabajo y capacidad empresarial desde el sector protegido hacia el sector desprotegido, mientras genera un ambiente atractivo para la inversion extranjera directa". Sin dudas aumentar las exportaciones, ya sea por vía de precio o cantidad, atraer IED e inversión privada son mecanismos que pueden contribuir para crecer (Romano, 2021; p. 166). La dolarización no resuelve el tamaño del Estado ni el desmesurado gasto público, pero lo condiciona, al cerrar canales de financiamiento a través del Banco Central. Como bien señala Avila (2018), citando a Jacome & Lönnberg (2009) si bien la experiencia en otros países ha mostrado que la dolarizacion genera un sesgo a favor de la disciplina fiscal, en Argentina eso podría no suceder. Sugiere en este sentido achicar el Estado, lo cual si bien puede impactar negativamente en la demanda, puede contrarrestarse con reformas laborales, impositivas e inversión en infraestructura.
EL PROYECTO COMPLETO