El vocero del Fondo Monetario Internacional volvió a defender el acuerdo que firmó con la Argentina para refinanciar la deuda que había tomado Mauricio Macri pero, en esta oportunidad, pateó la pelota para el lado del Gobierno al sugerir que el éxito del mismo depende "de la implementación".
“Lo que más importa ahora es la implementación y en este sentido, parafraseando a Churchill, estamos al final del principio de este proceso y ahora todo es acerca de la implementación”, señaló Jerry Rice, al referirse al acuerdo con la Argentina, en el marco de una conferencia de prensa ofrecida este jueves en Washington.
Lo que hizo el funcionario del organismo es defender la aprobación del nuevo programa del país, registrada el viernes pasado, pero a la vez señalar que los riesgos son muy altos y colocar del lado de la aplicación doméstica de las metas acordadas la posibilidad de un funcionamiento adecuado.
“Hay riesgos excepcionalmente altos, pero creemos que el objetivo fue atender los problemas de balanza de pagos de la Argentina, dar apoyo presupuestario. Porque el directorio del FMI aprobó, porque creemos y lo dijimos muchas veces, que el programa de Argentina apoyado por el Fondo en el financiamiento establece objetivos pragmáticos y realistas junto con políticas creíbles, las cuales, cuando sean implementadas, van a fortalecer la estabilidad macroeconómica y comenzar a afrontar los profundos desafíos” que enfrenta el país, dijo ante una consulta sobre por qué se aprobó el programa.
Explicó que esos
"riesgos del programa son excepcionalmente altos porque la situación económica y social de la Argentina es frágil y nuevos shocks se han materializado", destacando que
"en los últimos 3 años la economía ha sufrido una recesión, con alta pobreza y una alta inflación" en el contexto de la pandemia, y que
"aunque la economía se está recuperando más sólidamente que lo que se preveía, hay otro shock que se sumó, asociado a la situación en Ucrania como en otros países y por eso no es sorpresivo que el riesgo sea alto”.
Asimismo, sostuvo que se trata de "comenzar el proceso de bajar la inflación con una reducción gradual del déficit fiscal y fortalecer el esquema monetario, el poder del peso y la competitividad de sectores claves”.
Rice también insistió en que “el programa apunta a fortalecer las finanzas públicas y reducir la persistente alta inflación a través de una estrategia en múltiples frentes que incluye una gradual reducción del financiamiento del déficit y mejorar el marco de política cambiaria y monetaria”.
Que, a la vez, “el programa establece pasos para fortalecer el peso, el mercado de deuda, mejorar la efectividad del gasto público y mejorar la competitividad de sectores clave”.
“Estos son los objetivos básicos del programa, las claves por las cuales se avanzó con el programa”, dijo. Y agregó: “Como el FMI ha dicho y también el gobierno argentino, lo que más importa ahora es la implementación y en este sentido, parafraseando a Churchill, estamos al final del principio de este proceso y ahora todo es acerca de la implementación”.
En ese sentido, Rice enfatizó que
“los objetivos que mencioné, que también son los objetivos del gobierno, como declaró el presidente Fernández, pueden ser logrados”.
¿REDUCIR SOBRETASAS?
Consultado acerca de la posibilidad de discutir nuevamente la reducción de las sobretasas del crédito del país, como insistió el ministro de Economía, Martín Guzmán, sin éxito hasta el momento, Rice volvió a descartar que la idea esté siendo discutida.
“No son para todos los créditos, sino para países con créditos excepcionalmente altos; los artículos del FMI no permiten suspensiones particulares para un país determinado y no estoy al tanto de ninguna discusión particular que se vaya a producir sobre este tema”, respondió.
¿INFLACIÓN? IMPORTADA Y GLOBAL
Rice convalidó la mirada del gobierno argentino, pese a los cuestionamientos de la oposición, respecto de las crecientes presiones inflacionarias globales por la guerra entre Rusia y Ucrania y el impacto que esto tiene en la cadena de abastecimiento sobre el PBI y el costo de vida internacional.
“Este problema incrementará el costo de vida sobre todo para los hogares más pobres y sumará más riesgos a las presiones inflacionarias previas. Si hay más riesgo, los bancos centrales deberán acelerar la suba de las tasas de interés, pero no hay que crear más trabas ni controles”, afirmó.
Agregó asimismo que este conflicto “afectará el precio y la cantidad de materias primas y en particular comida y energía; los más impactados por estos fenómenos serán los pobres con mayor gasto en productos esenciales. A la vez, los productores de combustibles a la vez pueden verse beneficiados”.