
Además de contar con el consenso de los tres socios mayoritarios del Frente de Todos -
Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, negativas e imposibilidades mediante -,
Silvina Batakis llega al Ministerio de Economía en un escenario complejo pero con un CV cargado de ítems positivos para el caso: un pasado conduciendo la economía de la provincia de Buenos Aires, un presente de relación directa con el kirchnerismo y un vínculo de gestión cotidiano con los gobernadores.
En la provincia de Buenos Aires, Batakis asumió como ministra de Economía en 2011. Antes había sido subsecretaria de Hacienda. Le tocó como titular de la cartera, con
Daniel Scioli en la gobernación, enfrentar el desdoblamiento del pago de aguinaldos, a mediados de 2012, con la posterior decisión de estatales y docentes de hacer una huelga.
“Hay que defender lo que se hizo y eso solo lo puede hacer un gobierno justicialista. Hay que avanzar sobre las bases construidas”, sostenía antes de las elecciones de 2015, que terminaron depositando a Mauricio Macri en Balcarce 50, postergando a Scioli e impidiéndole a ella misma ocupar el cargo que el hoy ex gobernador ocupa actualmente, que este último le reservaba.
También defendía, como sucede actualmente, los controles vinculados a la salida de dólares.
“No hay economía que tenga una libertad total del mercado para regular el tipo de cambio, no existe en ninguna parte del mundo”, señalaba.
“Cuando uno tiene reservas escasas, tiene que administrarlas, poner prioridades. Y esto se hace en todo el mundo. No existe un mercado absolutamente libre, ni aún en Estados Unidos”, argumentaba.
En 2019, con el triunfo del Frente de Todos, fue designada secretaria de Provincias de la repartición que conduce
Eduardo "Wado" de Pedro, el representante del kirchnerismo y La Cámpora en el Gabinete nacional. Desde allí, acordó junto con las 23 provincias el nuevo consenso fiscal, que Fernández había impulsado.
Ese cargo y esas gestiones le propiciaron un buen vínculo con los gobernadores, que salieron rápidamente a expresarle apoyo cuando Fernández la designó, tras hablar con Cristina.
De Pedro la convocó en el arranque del gobierno del FDT, pese a no tener una relación previa. Tampoco tenía vínculos con La Cámpora. A ambas situaciones las resolvió: construyó confianza con el ministro y su entorno.
Quines la conoce la definen como heterodoxa, de perfil técnico (es docente en la Universidad Nacional de Avellaneda) y defensora del tipo de cambio regulado. Sin decirlo públicamente, aseguran que Batakis fue crítica del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que cerró Guzmán y terminó de desatar la guerra en el oficialismo.
Pero además de ser peronista y definirse como federalista,
Batakis es hincha de Boca Juniors, cosa que no es un dato menor tratándose del club que mayor resonacia genera no sólo en el fútbol argentino y los medios, sino también en la política.
Es que además de ser hincha, socia e ir a la Bombonera a ver al Xeneize,
Batakis se expresó y militó activamente en sus redes sociales a favor del triunfo de Jorge Amor Ameal y Juan Román Riquelme que desplazó al macrismo del club y dañó a Daniel Angelici, el sucesor de Mauricio Macri en el club.
En diciembre de 2019, cuando se llevaron adelante las elecciones que Riquelme condujo al triunfo aplastando a Cristian Gribaudo - delfín de Angelici -, tuiteó:
"Saliendo para la Bombonera, carnet y DNI en mano, sin camiseta con imagen de Riquelme. ¡Lista para votar!".
Ocho años antes, cuando el "Tano" ganaba y se convertía en presidente de Boca, Batakis le pegaba con todo: "Mi nene de 6 años me dijo 'quiero jugar como Riquelme'. Él tampoco votaría a Angelici que no quería contratar al 10. Por eso #NoVotoaAngelici".