12.09.2022 / Atentado contra CFK

La Justicia confirma que hubo otros intentos de matar a Cristina Kirchner de la banda de Sabag y Uliarte

Tras analizar los teléfonos celulares de los dos detenidos en la causa, surgen mensajes que demuestran que ya habían tratado de cometer el atentado, junto a la “Banda de los copitos”. En los intercambios se observa un rol dominante de Uliarte. Nuevo secreto de sumario y se esperan procesamientos.




La investigación por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner develó que el ataque del jueves no solo fue premeditado sino que además hubo otros intentos previos de asesinar a la exjefa de Estado.

En las últimas horas, la causa que llevan adelante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo dio cuenta de la planificación que la denominada "Banda de los Copitos", integrada por Sabag Montiel y Brenda Uliarte, entre otros, llevaron adelante para terminar con la vida de la Vicepresidenta.

Los mensajes hallados en las pericias realizadas a los celulares confirmaron que Sabag Montiel y Uliarte intentaron llevar a cabo el ataque en otras oportunidades. "No, no es que se dé cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N, y hay poca gente, y la gente se está yendo, y el momento es ese, ahora ya es tarde", dice uno de los mensajes que Sabag Montiel le envió a su pareja. A continuación agrega que "son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido. ¿Entendés?".

La transcripción corresponde al día sábado en que tuvieron lugar los incidentes en las inmediaciones del domicilio de Cristina Kirchner. Luego del enfrentamiento entre manifestantes y la Policía de la Ciudad, que incluyó represión por parte de esta última, incluso contra dirigentes de alto nivel del gobierno nacional y provincial, la exmandataria salió a la calle, subió a un escenario improvisado y le habló a la militancia.

"Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió, la siguieron y ahí tendría que haber sido", expresa el mismo mensaje sobre aquel momento, precisando que debió haber sido en aquel entonces el ataque.

Un segundo mensaje entre Sabag Montiel y Uliarte, ambos detenidos por el hecho, los complica aún más. Quien escribe es nuevamente el agresor: "No, ya se metió adentro y el escenario el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios eh y se fue, un quilombo".

Luego, el fallido tirador le cuenta a su pareja que la vicepresidenta "está arriba pero no creo que salga asi que ya fue, deja, voy para allá, quedate ahí. No traigas nada".

Hasta el momento, Sabag Montiel y Uliarte son los únicos imputados y detenidos en la causa por el intento de magnicidio que instruye la jueza Capuchetti con la actuación del fiscal Rívolo, mientras que el resto de los supuestos vendedores de algodones de azúcar -ya conocidos como 'copitos'- permanecen como testigos. Se trata de Gabriel Nicolás Carrizo, Sergio Orozco, Lucas Acevedo, Leonardo Volpintesta y Miguel Ángel Castro Riglos, quienes acompañaron a Uliarte durante la aparición de la joven en un canal de televisión: en la nota dijeron que tenían miedo, que compartían "un microemprendimiento de algodones de azúcar" y que estaban recibiendo "amenazas".

Premeditación por las evidencias de planificación y espionaje previo y alevosía porque a 35 centímetros la vicepresidenta estaba indefensa. A esto se agrega la tenencia ilegal de la Bersa y el acopio de proyectiles. De todas maneras, hay que esperar el texto definitivo. Hoy por hoy, la jueza y el fiscal no tienen dudas de que Uliarte fue la líder política de él, porque en su celular aparecen frases del estilo de “basta de quedarse puteando. Hay que tirarle molotovs a la Casa Rosada”. “Tenemos que generar hechos, no protestas”. En los próximos días estarán los resultados de la investigación sobre todos los celulares que están en poder de la justicia, así como las cámaras de seguridad. Eso podría abrir nuevas perspectivas.

Un punto clave es la presencia de otros integrantes del grupo en la esquina de Juncal y Uruguay el día del ataque y los días anteriores. Hay imágenes que exhiben a un tercer miembro de la banda de los copitos, pero los investigadores no están seguros quién es. Está claro que Sabag y Uliarte hablan con él. A primera vista parece Nicolás Gabriel Carrizo y eso habrá que verificarlo con la localización que dan los celulares. Será también imperioso aclarar que otros miembros del grupo estuvieron ahí.

Hay un obstáculo en esta búsqueda. Sabag y Brenda tenían varios celulares, algunos de ellos robados. Las carcazas aparecieron en el segundo allanamiento del monoambiente de San Martín, junto con otras partes plásticas rotas. Hay que ver si en esos días usaron esos celulares adicionales. Pero lo mismo vale para el resto de los integrantes del grupo: es posible que hayan entregado un celular en Comodoro Py, pero que usaron otros.

El dato más importante que se busca es si alguien les aportó dinero, no con el objetivo tal vez de matar a Cristina, sino para financiar a ese grupo violento y opositor. Sigue sin estar claro de qué vivían los que simulaban ser vendedores de copitos: Brenda vendía imágenes eróticas y Sabag cobraba 60.000 pesos por el alquiler de una propiedad que le dejó su madre, fallecida en 2017. Pero eso no explica el dinero con el que se movían. Como anticipó Página/12 en su edición del domingo, ni Sabag ni Uliarte tenían trabajo y pasaban horas y horas sin hacer nada. A él se le encontró pornografía infantil en el celular y, sobre todo, imágenes de zoofilia, que -según testigos- era a lo que dedicaba más tiempo.

Secreto de sumario
Con la incorporación como prueba del contenido del teléfono de Uliarte, la jueza Capuchetti decidió reimplantar el secreto de sumario en la causa por el atentado contra Cristina Kirchner.

"El teléfono de ella es muy contundente", afirmó a la prensa una fuente de la investigación que, sin revelar detalles, aseguró que confirma su participación en el intento de asesinar a la expresidenta, a la vez que aseguró que se trata de un material que la coloca como participante activa de distintos grupos de "heaters".