10.01.2023 / Crimen de Fernando Báez Sosa

“Rompimos chetos”: los mensajes de los rugbiers y la confirmación de que la marca en la cara de Fernando era de Thomsen

Uno por uno, estos son los mensajes de los celulares de los rugbiers, mostrados en el marco de la declaración testimonial de peritos e investigadores en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Además, la zapatilla de Thomsen fue la que marcó el rostro de la víctima.




En el marco del juicio oral por el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, el secretario del Ministerio Público Fiscal Pablo Laborde brindó datos clave sobre la información en los teléfonos celulares que les fueron confiscados a los ocho rugbiers acusados y que expone que no sólo confesaron el crimen sino que además lo hicieron con frases indignantes

El perito, parte del segmento técnico de las declaraciones testimoniales, comenzó su exposición como testigo minutos antes de las 10 en la séptima jornada del juicio oral. Ya había comenzado a hablar en la jornada de este lunes, pero su participación debió extenderse este martes. 


CELULARES DE RUGBIERS Y MENSAJES DE ASESINOS

Frente al TOC N°1, Laborde precisó en orden qué encontró en el análisis de los teléfonos de los imputados, que fueron incautados en el allanamiento del 18 de enero de 2020. “Pueden surgir mensajes de otra fecha, pero en principio son del día 18 de enero”, aclaró, e indició que la información debió ser cargada en la computadora "porque demoraría mucha en abrir cada teléfono”.

El primer teléfono analizado fue uno marca iPhone “que vino con el nombre de Matías Benicelli”, hecho corroborado debido a que estababa asociado a la cuenta de Gmail con su nombre y apellido. "En dos días hizo 5735 movimientos", dijo, y consultado por el abogado de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando, aclaró que esa categoría técnica incluye "mensajes, fotos, ubicaciones, todo lo que se puede hacer con un teléfono y que quedó registrado en orden cronológico".

Benicelli, según destacó el investigador, compartía un grupo de WhatsApp con los imputados llamado “Delboca3″, en el que hablaron antes de llegar a Le Brique y después del asesinato. “Estamos en la barra”, escribió Enzo Comelli a las 3.33 am. A las 3.48 Máximo Thomsen pidió: “Vengan estamos re instalados”.

Luego se reprodujo el audio de Lucas Pertossi de las 4.55, ya con el asesinato de Fernando consumado. “Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia... Caducó”, se lo escuchó.

Poco más de una hora después, a las 6.06, Ciro Pertossi dio una orden en ese grupo: “Chicos no se cuenta nada de esto a nadie”. Matías Benicelli respondió instantáneamente: “Ya contaron”.

Laborde repasó después los chats del tercer celular analizado, el de Juan Pedro Guarino, uno de los acusados originales que fueron sobreseídos.

En una conversación con su novia, indetificada como Dolly, a las 6.21 am del 18 de enero él le envió una foto desde el McDonald’s le escribió: “Esta noche fue rara, no me siento bien. Lo único que necesito es tenerte a vos en la vida, no dejes de hacerme el pibe más feliz del mundo”. Ella le respondió, más tarde, con una titular del diario La Nación que hacía referencia al crimen en Le Brique: “Eu, eu, ¿quiénes son los que se pelearon y mataron a uno? No fueron ustedes, ¿no? Estoy preocupada”.

En mensajes de texto y audios de un grupo de WhatApp llamado “No seas más trolo”, que solamente integraba Guarino de los involucrados, hay intercambios de cuando los imputados ya estaban presos. “Dios mío mataron a una persona. Lo mataron a patadas, pensé que era una forma de decir”, dice uno de los mensajes, mientras que en otro se lee: “Era lógico que pasara esto”.

Hablaron de los antecedentes de los rugbiers y uno de los participantes del grupo se refirió a los sospechosos como “banda de monitos orangutanes”.

El cuarto celular analizado por el investigador Laborde fue el de Ciro Pertossi. Mantuvo una conversación "de interés" con una joven a las 5 AM. “Nos sacaron, nos agarró la policía y nos soltaron”, escribió el imputado, y recibió como respuesta: “What, ¿¿qué??”.

“Cuando volvamos les contamos”, contestó él a las 5.18 am. “No hagan cagadas”, replicó la joven, y minutos después se registró otra conversación de Pertossi con una tal “Ana”. “Ciro, contestame. Ya sé que estabas durmiendo perdón. Machu y Enzo mataron un pibe”, le dijo en referencia a Thomsen y Comelli. Él contestó: “Estamos bien todos. No pasó nada, no te preocupes”.



Esa misma mañana, en tan sólo un minuto Ciro Pertossi buscó en Google al menos siete veces los términos: “Villa Gesell Pelea”. Luego llegó el turno del quinto teléfono que se analizó, el de Lucas Pertossi. Se encontraron chats, videos y audios del día del hecho.

Primero se proyectó un nuevo video, dentro de la pista del boliche a las 4.10 del 18 de enero. El investigador identificó a varios de los imputados describiendo su forma de vestir, aunque sin nombrarlos: Matías Benicelli, Ciro Pertossi, Máximo Thomsen y Lucas Pertossi.

También se proyectó un video de la pelea, de las 4.36 am, donde identificó al menos tres de los imputados, también sin decir sus nombres porque "decirlos sería aventurado”, dijo Laborde. Luego, se vio un video de cuando los retiraron de Le Brique a las 4.38 que Lucas Pertossi filmó con su teléfono y que envió a las 4.41 al grupo “Los Locos”. Recibió dos audios como respuesta, pero el contenido no se entendía debido al sonido ambiente del boliche.

A las 7.53, Cinalli le envía una foto con otros dos (que no fueron identificados) y contestó: “Yo lo único que quiero es tomar un vino y fumar flores”.

También se repasó, además del grupo de chat integrado por los rugbiers, uno denominado “El club del Azote”, integrado por 13 personas de Zárate, entre las cuales estaba Blas Cinalli.

A las 5.08 am, Cinalli contó lo que pasó. “Nos peleamos, ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar”, escribió de forma indignante, y envió una foto grupal donde Laborde solo hace referencia con nombre y apellido a Ciro Pertossi y Máximo Thomsen.

Consultado por Burlando acerca de la locación, Laborde precisóque no la pudo obtener porque "la foto no tenía geolocalización", pero que intuía que "podrían estar en la casa”. Alguno de los integrantes del chat le contestó: “Representá a Zárate, guacho”.

Cinalli, entondes, contó un detalle que revela la veracidad de la declaración de un amigo de Báez Sosa víctima de la golpiza que participa del juicio como testigo. “Había un rubio que estaba agarrado a mi tobillo”, escribió el rugbier detenido. Se trata de Tomás D’Alessandro, quien contó en el juicio que le agarró los tobillos a uno de los agresores.

A las 6.47 am alguien le preguntó: “¿Qué onda Blas, se dieron masa?”, a lo que Cinalli contestó: ”Dos convulsionaron, a uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales”. Y luedo detalló: “Le dimos murra a uno con el Perto, lo recargamos a palos, pero mal. Vinimos corriendo a casa”, dijo.

“Estás mamado, amigo?”, le pregunta alguien. “Sí, amigo, desde la tarde”, contestó. Luego, finalizó la declaración de Laborde y la audiencia pasó a un cuarto intermedio.

Tras finalizarse ese cuarto intermedio, llegó el turno de la declaración testimonial de María Emilia Salamendi, que habló de la toma de impresiones de plantas de los pies de Alejo Milanesi, Enzo Comelli, Ciro Pertossi , Juan Pedro Guarino (que fue sobreseído) y Blas Cinalli. También le realizó las mediciones a Pablo Ventura.

“Con Pablo Ventura tuve que usar una hoja oficio. Como su pie era tan grande no entraba en la hoja A4, como al resto de los detenidos”, contó.

Luego, declaró María Luján Molina, perito y licenciada en criminalística en la policía Científica de Pinamar.Midió las longitudes de los pies de cinco detenidos: Lucas Pertossi, Thomsen, Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz y Matías Benicelli.

Este testimonio expuso la mentira de Thomsen, quien aseguró que su zapatilla correspondía a Pablo Ventura, cuyo pie mide, por lo menos, siete centímetros más de largo que el del joven que habría sido partícipe central del asesinato de Fernando.


LA ZAPATILLA DE THOMSEN

La perito Haydeé Almirón, la segunda en testimoniar sobre la cuestión, participó de la pericia scopométrica y fue contundente sobre lo que había explicado previamente su colega Maria Eugenia Cariac: la improta de la zapatilla en la cara de Fernando se correspondía con un solo par de los analizados, marca Cyclone, propiedad de Máximo Thomsen y usado por él esa noche.

“No había posibilidad de error de que fuera de otra zapatilla”, dijo de manera contundente. La integrante de la policía científica que participó de la pericia scopométrica detalló su trabajo ante los jueces. “Fue posible establecer que todos los calzados presentaban características que los individualizaban. Había diferentes modelos y diferentes talles. Tomamos las vistas, las impresiones de la suela de cada uno de ellos y pudimos determinar qué diseño y qué moldura tenía cada uno. Los 14 pares resultaron ser diferentes en marca, suela y diseño. Todos con desgaste en su suela”, comenzó Almirón con un power point con las imágenes.

De acuerdo con la reconstrucción de la pericia que hizo Almirón, “se indagaron los rastros que presentaba la víctima en cuello y en el mentón (maxilar inferior izquierdo)”. 

Agregó, respecto de esa smarcas, que “era un rastro con identidad suficiente apto para cotejo”, ya que presentaba 12 líneas en zigzag y líneas curvadas debajo. Y siguió: “Estas características le daban identidad al calzado. Luego, contrastamos con el resto, buscamos un zigzag y pudimos obtener un único candidato: una zapatilla marca Cyclone, que corresponde al pie derecho. Las marcas estaban en este calzado y no en otro”.