12.08.2024 / VIOLENCIA DE GÉNERO

El Gobierno invita a “llamar al 144” en casos de violencia de género pero desmanteló décadas de políticas feministas y de género

El Gobierno de Javier Milei cerró el Ministerio de la Mujer, vendió el edificio y desmanteló la subsecretaría contra la Violencia de Género. Por si no fuera suficiente además desfinanció todos los programas de apoyo a mujeres y diversidades sexuales.




“La línea 144 está abierta las 24 horas para asistir a todas aquellas personas que sufren violencia por motivos de género. Fin”: fue el escueto tuit que el vocero presidencial, Manuel Adorni, publicó ayer a las 16:39, momento exacto en el que empezaba a estallar la bomba política por la denuncia de Fabiola Yañez contra Alberto Fernández por violencia de género.

La cínica expresión por parte del principal encargado de dar voz en nombre de la Presidencia de la Nación ante la prensa, en el marco toda polémica generada por el Gobierno libertario alcanza niveles estratosféricos, confirmados una vez más por su participación en el tema que tocó como pocos la sensibilidad de la sociedad argentina.

Es que durante esta semana se conoció que el expresidente Alberto Fernández fue denunciado por violencia de género por su expareja y madre de su hijo Francisco, Fabiola Yáñez. Frente a esta situación que sin duda se convirtió en aquel asunto sobre el cual se posan todas las miradas, el gobierno del presidente Javier Gerardo Milei, sus funcionarios, y seguidores, aprovecharon para hacer de un delito contra la integridad de la mujer una aberrante utilización política. 

Una vez que la mencionada denuncia se hizo pública, el vocero presidencial del gobierno de La Libertad Avanza, Manuel Adorni, publicó en la red social X, un mensaje haciendo alusión a que la línea 144 se encuentra disponible para realizar denuncias inmediatas en ocasión de padecer violencia de género. Las repercusiones no tardaron en llegar: el gobierno, una vez más, puso al sarcástico portavoz a hacer leña del árbol caído. Pero esta vez, el mensaje, en apariencia correcto, esconde un claro gesto de hipocresía explícita.

El servicio existe desde el año 2013, y tiene por fin asesorar y contener a personas que padecen violencia de género. Desde allí, se articula con comisarías, juzgados, y otros entes del Estado, para acompañar de manera integral a las víctimas. Se trata de un servicio telefónico, pero que también admite la comunicación por correo electrónico y aplicaciones como Whatsapp. Una tarea que se torna indispensable para poder abordar la violencia doméstica, entre las tantas otras formas de violencia contra las mujeres, y que en muchos casos, funciona como prevención para la comisión de delitos mayores.

En este sentido, tanto el presidente Milei como los integrantes de su partido político, se han encargado de llevar a cabo profundos recortes del presupuesto en dependencias públicas, particularmente en la línea 144: de las 146 personas que atendían los llamados antes de la llegada del gobierno libertario, hoy solo quedan 82.

En el pasado mes de junio, en el ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, que contiene el plan de la línea de emergencia, hubo una ola de despidos que disminuyó en un 85% el personal destinado a atender la urgencia de esta problemática. Quienes quedaron en sus puestos de trabajo, y pasando a depender de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género del Ministerio de Justicia, sostienen que no dan abasto para atender la totalidad de la demanda.

El mensaje del vocero, así como la aparente preocupación de quienes forman parte de La Libertad Avanza, no parecen ser genuinas, siendo que el gobierno de Milei hizo del desmantelamiento del ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, una bandera tanto electoral como de gestión.

La promesa, hoy convertida en hechos, de destruir esa dependencia pública, colisionó de frente y a toda velocidad con la idea de que sea este un gobierno al que le resulte una preocupación real atender las demandas de aquellas personas que padecen esta problemática a lo largo y ancho de la República Argentina. Por el contrario, el repentino interés por este problema estructural genera únicamente la sospecha de intereses al mero efecto político.

Un dato a destacar es que, paradójicamente, después de la denuncia de Yáñez y del mensaje del vocero Manuel Adorni, se incrementaron significativamente los llamados a la línea 144. En este contexto, y mediando una creciente preocupación, cabe preguntarse cuántos de estos llamados han quedado sin atender y cuántas víctimas han sufrido la violencia que este gobierno, a partir de sus medidas, se encarga de fomentar a diario.